viernes, 6 de abril de 2012

Capítulo 31

Nuestra divertida guerra de espuma se ve interrumpida un rato después por Fernando y Jean, que vienen a por algo para beber. Al vernos cubiertos de jabón y lanzando burbujas “al aire” –donde ellos ven aire, está Isaac-, ponen cara de susto y después se ríen. Se me hace raro ver al padre de los gemelos riendo por algo que no sea el efecto del alcohol.
-     ¿Qué hacéis, par de locos? –pregunta el dios del viento, aun riendo.
-     Perdón –me disculpo, al darme cuenta de como hemos puesto todo- Hemos empezado a hacer el tonto y… ¡Ahora mismo lo limpiamos!
Salgo corriendo a buscar una fregona, sintiéndome culpable por haber abandonado a Alejandro a su suerte con dos adultos que posiblemente le van a regañar.
Encuentro lo que voy buscando antes de lo esperado, en una habitación llena de libros. Creía que ya había visitado todas las estancias de la casa, pero olvidé la biblioteca.
Vuelvo a la cocina, preocupada por Álex y por mi misma. Aunque Jean y Fernando parecían tranquilos, los adultos son impredecibles.
Abro lentamente la puerta de la cocina y me quedo mirando la escena con una perfecta cara de sorpresa. Allí están, pero no precisamente discutiendo. Han retomado la pelea de espuma, y Jean está subido a la mesa lanzando pegotes a Álex, que ríe. Fernando les echa cubos de agua a los dos… y la cocina está echa un desastre. Isaac me mira muerto de risa desde una esquina apartada.
-     ¿Qué está pasando aquí? –le pregunto mentalmente
-     Jean provocó un tornado de espuma (que, por cierto, dejó alucinado a Fernando), Álex le siguió la corriente y ahí los tienes. Para que luego digan de nosotros.
Me río y voy a unirme a la pelea justo cuando Ángeles entra discutiendo con Mariam. Al ver el desmadre en el que se ha convertido una actividad tan normal como fregar los platos, la abuela suelta un grito ahogado. La diosa del sueño intenta contener la risa, pero no lo consigue. Aunque todos han parado, ella coge un puñado de espuma y me lo tira al pelo. Voy a devolvérselo, pero Ángeles nos interrumpe:
-     Andrea, ni se te ocurra –bajo el brazo-. ¿Se puede saber qué estáis haciendo? ¿Habéis visto cómo está la cocina? ¿No sois ya mayores para jueguecitos?
-     Vamos, Ángeles, tampoco pasa nada porque nos divirtamos un rato –dice Fernando, risueño.
-     ¡¡¡CÁLLATE!!! –la miramos asustados- Todos al jardín, ahora mismo, a podar arbustos. Cuando haya bajado la espuma, fregaréis esto. Y no vais a cenar, ninguno –mira a Jean para que se note que también se refiere a él.
-     ¿Yo tampoco? ¡Pero si acabo de llegar! –replica Mariam.
La abuela no contesta y sale muy indignada de la casa. La hemos hecho buena, después de un día tan duro no comer… Y los demás hemos comido a medio día, pero Alejandro lleva sin probar bocado desde el desayuno.
-     Pues yo no voy a trabajar si no hay cena –asegura Mariam- ¿No tenéis unos ahorrillos para ir a un restaurante?
-     Si lleváis a Fernando a un bar luego no podréis sacarle –ríe Isaac. Claro, como él no se va a quedar sin cena, está tan tranquilo.
-     Tu abuela se va a enfadar si hacemos eso, y ya has visto cómo está hoy… -contesta Jean
-     ¿Me vais a dejar sin comer? A medio día no pude… -dice Álex con cara de pena.
Al final, todos acaban enzarzados en una discusión que no merece la pena contar. Resultan ganadores los argumentos de la chica, pero los adultos no parecen muy convencidos. Les comprendo, Ángeles da mucho miedo cuando se enfada. No sé si debería ir con ellos…
-     Venga, vamos a fregar esto y nos escapamos sin podar.
Por más que nos asuste la posible reacción de la abuela, nadie quiere quedarse sin comer, así que terminamos de limpiar la cocina y salimos por la puerta trasera, intentando que no nos vea nadie.
La gente que nos ve por la calle no puede evitar fijarse en nosotros. Tres niños, una de ellos vestida con ropas de hombre adulto, una gata (Kira no ha seguido) y dos hombres. Si nos cruzamos con algún malpensado que imagine que son pareja, podríamos tener bastantes problemas.
Por suerte, no ocurre nada antes de que lleguemos al restaurante. Es un local pequeño, con las paredes pintadas de blanco y el suelo de madera. Hay tres mesas y una barra, detrás de la cual hay un camarero con cara de aburrimiento. Al vernos entrar, saluda amablemente y toma nota de lo que queremos comer: Dos raciones de ensalada y filetes de cerdo para todos. Para ser un restaurante tan pequeño y vacío, la comida es bastante buena. Hacía mucho tiempo que no iba a un restaurante, desde que mi hermano se fue de casa y mis padres le organizaron una despedida. Pasaron varios días sin comer para pagar aquello, pero fue bastante divertido.

Con este recuerdo en la mente y el estómago lleno salgo del restaurante. De alguna forma que desconozco, Jean ha evitado que Fernando se emborrache, así que hay bastante paz.
Si esperábamos que al llegar a casa Ángeles nos echase la bronca, nos equivocábamos. Todos se han acostado ya y las luces están apagadas, posiblemente, la bronca nos caerá mañana al despertar.
-     Que no se note mucho que vosotros dos vais a estar juntos, no quiero problemas con mi padre –nos susurra Mariam a Álex y a mí.
Él parece haber olvidado lo de los turnos, porque se sorprende y mira a los adultos con preocupación.
-     Quédate con ella hasta que se haya metido cada uno en su cuarto, después iré yo.
Mariam asiente y entramos las dos juntas en mi cuarto, mientras que el chico se va al suyo. Ni a Fernando ni a Jean parece extrañarles esto, probablemente ni siquiera se han dado cuenta. Ellos entran también en sus respectivas habitaciones mientras Mariam y yo observamos por la rendija de la puerta.
El cuarto de Jean se cierra, el de Fernando está cerrándose… pero no termina de hacerlo. El hombre se pone a chillar como un histérico el nombre de su suegra y nos acercamos asustadas a ver lo que está ocurriendo.
Y allí está Ángeles, tendida en el suelo sobre un charco de sangre con los ojos cerrados.

--------Nota de Sofía----------
¿Que es un capítulo muy soso? Lo sé, llevo un par de días sin inspiración ninguna, creo que lo gasté todo a lo largo del botellón. Espero que me perdonéis.
Dejaré que mi mente descanse un poco y el domingo escribiré los capítulos de la semana. Creo que la he forzado demasiado (llevo otra historia para un concurso a la vez)
No os caliento más la cabeza. Espero que hayáis  disfrutado del botellón. Hasta el martes ^^

2 comentarios:

  1. Pues no,no es soso o.O Jope, ¿has matado a Ángeles? Mola,así se pone más interesante. Bueno,los malos la mataron (no sé escribir bien el nombre así que mejor no me arriesgo a escribirlo mal) xD Jo,yo no quiero que se acabe el botellón T____T
    ¡Un besito y suerte con el concurso!

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    1. Hirsizlar xD Significa ladrónes en turco, aunque me parece que ya lo dije.. no sé, mi memoria me odia.
      Eso es lo que crees, que la mataron los malos, pero... chan, chan, chan! Lo veremos en el próximo capítulo ^^
      Gracias

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