martes, 31 de enero de 2012

Capítulo 9

Miro intrigada al chico fantasma. Me planteo la idea de pegarle, no estoy para más intrigas, pero recuerdo mi caída de la otra noche y decido quedarme quieta.
-    ¿Qué fue lo que pasó? –pregunto cuidadosamente. Parece que no es un tema que le agrade mucho.
-    ¿Nunca te has preguntado cómo terminé así? –me mira con una sonrisa triste. Asiento- Se llevaron a mi hermano mayor y… fui demasiado impulsivo. Ángeles y yo éramos buenos amigos.
Con esa explicación tan corta comprendo perfectamente lo que pasó. Sigo sin saber por qué Isaac se quedó rondando por la tierra, pero al menos ya entiendo la preocupación de Ángeles y, más o menos, el motivo de la muerte del chico.
-    Lo siento… -por la cara de Isaac, creo que no debería de haber hecho la pregunta.
-    No pasa nada, te debía una explicación –me sonríe levemente.
-    ¿Tú crees que Ángeles se habrá enfadado mucho con lo de Álex?
-    Mira, ya empiezas a cortar su nombre –ríe.
-    Bueno… -le contesto nerviosa- se supone que tendré que vivir aquí durante un tiempo y llamarle Alejandro suena muy formal para alguien que vive en la misma casa que yo.
-    Respecto a lo de Ángeles… no creo que esté muy enfadada con Álex, aunque quizás sí con Mariam, si la ha escuchado reír. Lleva una temporada pensando que Alejandro está medio chiflado, así que con él no se enfadará.
-    ¿Álex está loco?
-    Que va, probablemente sea el más cuerdo de todos, pero es muy impulsivo y ríe mucho… y Ángeles hace una montaña de un grano de arena.
Lo que me ha contado Isaac se confirma cuando, un rato más tarde, Samuel viene a llamarme para comer. Bajo con él al comedor, donde está toda la familia excepto el Codorniz (a Álex le considero parte de la familia). Todos tienen delante un plato de ensalada excepto Mariam, que se está limando las uñas.
-    Aunque mi abuela la haya castigado, ha vuelto a hacer la comida. Te advierto que al estar ella enfadada, le habrá salido más ácida que nunca.
Hago un gesto de asco que provoca una sonrisa en la cara de Samuel. Me siento donde esta mañana, frente a un plato de ensalada después de saludar y empiezo a comer. Contengo la respiración para no notar mucho el sabor, pero debo estar poniendo mala cara, porque Álex está muerto de risa. Menos mal que Mariam nos ignora.
Samuel intenta empezar una conversación varias veces, pero el otro chico siempre acaba cortándole. Parece que no ha olvidado que esta mañana él apoyaba a Ángeles. La comida transcurre silenciosa y después, nos levantamos todos y salimos al pasillo dejando a la anciana sola en el comedor.
-    Andrea, hoy lavas tú los platos –me dice Mariam en voz baja.
-    ¿Yo?
-    Aquí no hay más Andreas. Yo tengo cosas que hacer, pero ten cuidado de que la vieja no se entere.
Dicho esto, sale a la calle seguida de Alejandro y de la gata a la que miraba el otro día, que parece estar siempre con ella. Pienso que yo también debería salir a tomar un poco el aire, no he pisado la calle desde ayer. Le pregunto a Samuel que si puedo salir y me contesta con un leve asentimiento. Después, sube rápidamente al primer piso sin que me dé tiempo a preguntar más cosas.
Me dirijo al lugar donde creo que está la cocina y me pongo a fregar los platos. Mientras lo hago, hablo mentalmente con Isaac. Se me hace muy raro que pueda oír mis pensamientos, pero no quiero arriesgar a que alguien me escuche hablar y se piense que estoy loca (cosa que ni siquiera yo misma tengo muy clara).
-    ¿Crees que debería salir?
-    ¿Por qué no? Samuel te ha dicho que puedes y si te pasas la vida encerrada te pondrás enferma.
-    Es que me da miedo que me vea alguien y se den cuenta de que mis padres han desaparecido… podría poner a esta gente en un compromiso.
-    Bah, seguro que les han hipnotizado, no pasará nada. Cuando acabes, si quieres, nos damos una vuelta por el pueblo.
Asiento y me aplico a fondo con mi tarea. Me apetece volver a salir, además, la calle es una gran fuente de inspiración, y necesito un plan para ayudar a mis padres. Creo que podría contar con Mariam y Alejandro…

En poco rato están todos los platos limpios escurriendo junto al fregadero. Me seco las manos y me asomo al comedor para avisar a Ángeles de que voy a salir.
Como ella no pone ninguna pega, salgo de la casa, que está a las afueras del pueblo. Voy corriendo hasta que ya no puedo más, me alegra mucho haber salido de allí. Aunque no me había dado cuenta, me sentía un poco encerrada.
-    ¡Como corres, menos mal que voy flotando! –ríe Isaac.
Le sonrío, pero no le he hecho mucho caso. Tengo decidido a dónde iré, y tengo que mentalizarme para no ponerme a llorar en mitad de la calle.
Avanzamos por las calles, aunque la gente solo me ve a mí. Más de uno me saluda, pero nadie menciona la panadería. Cuando llego allí, me fijo en que alguien ha cerrado la puerta acristalada de delante y arreglado la puerta trasera. Al ver que no podrán entrar a robar en mi casa me relajo un poco.
Aun así, no me apetece quedarme en esa zona y regreso al centro del pueblo. Cuando empieza a anochecer, vuelvo a Casa Morfeo, donde ya están todos.
      Hoy ha cocinado Samuel, que a pesar de ser un chico resulta ser un buen cocinero, y no tenemos que soportar la acidez de las recetas de Mariam.
      Nadie habla durante la cena, solo el Codorniz que parece extrañado por el silencio de su familia. Como nadie le hace caso, al final se calla él también.
      Me ofrezco a fregar los platos, pero todos dicen que es mejor que me acueste, que ya lo hará alguien mañana por la mañana. No entiendo tanta insistencia, pero mejor para mí.
      Subo a mi cuarto y me echo en la cama, donde me duermo sin ni siquiera quitarme el vestido.
Duermo profundamente, nada me perturba… hasta la media noche, cuando algo impacta contra mi ventana.

Kira, la gata de Mariam

--------------------------Nota de Sofía Lima-------------------------
Hola, gentecilla! Me estoy dando cuenta de que en este capítulo ocurren demasiadas cosas, estoy gastando argumentos... pero supongo que eso os gusta, así que no lo he cambiado.
No se me ocurre nada  más que decir, simplemente que comentéis y paséis la página, a ver si llego a dominar el mundo con la historia :P
Que no sea muy dura la semana.
PD: Marisa Carrillo... ya hablaremos sobre lo que pasó en Villareal (jejeje)

-------------------------Nota de Andrea Xie------------------------------------------------
Hola a todos!!!!
¿Qué tal el fin de semana?
Yo, como siempre, aburrida en mi casa.
Ayer fue el día de la paz,¿ hicisteis pajaritas de papel?
En este capítulo hemos colgado el dibujo del gatito, ¿cómo se llamaba?
Ah, si, Kira. espero que os gusten el capítulo y el dibujo.
No olvidéis comentar, bye!!! hasta el viernes!!!

viernes, 27 de enero de 2012

Capítulo 8

Se hace el silencio en la habitación. Hasta ahora Ángeles no había tenido reparos en contestar mis preguntas, pero esta vez la respuesta tarda en llegar. No viene por parte de la abuela, el que habla es Alejandro:
-  Si te sirve de consuelo, no creo que estén muertos. Son demasiado necesarios, tu familia es una de las más poderosas.
Déjame hablar a mí, Álex. Este tema es importante –le corta la abuela-.
   Desde luego, el chico tiene razón con lo que ha dicho –ahora de dirige a mí-. Al igual que a su familia, les tendrán por ahí prisioneros y estarán intentando convencerles para que se unan a su bando
-   ¡Mis padres nunca le harían daño a nadie! –replico yo. No veo capaces a mis padres de ponerse a matar a las familias más débiles.
-    Bueno, padres… -dice Mariam con tono misterioso- Seguro que a tu padre le han matado o le han abandonado en algún país lejano ¿Para qué quieren ir tirando de un mortal?
Después de estas terribles palabras por parte de la chica todos los que hay en la habitación comienzan a discutir, dejándonos apartados a Isaac (que intenta consolarme diciendo que Mariam es muy negativa) y a mí.  Sus palabras no me reconfortan, necesito hacer muchas más preguntas, pero estoy demasiado “cuajada”. Pensar que mi padre, con sus manos llenas de harina y ese típico olor a pan, podría estar muerto… me siento incapaz de imaginarlo.
De pronto se oye un portazo y los que estaban discutiendo se callan. Todos se sientan bien, como si intentasen disimular que hasta hace unos segundos estaban pegando voces. No comprendo nada hasta que veo entrar al Codorniz por la puerta. Comprendo que no debe enterarse de todas estas peleas entre dioses, aunque Alejandro me lo confirma en susurros: “No digas nada delante de él. Y alegra esa cara, es mejor que no haga preguntas”
-   ¡Qué hay, familia! –por su tono de voz se nota que está borracho.
-    Joder, papá… -Mariam se levanta de la silla y se acerca a su padre- Es todos los días lo mismo. Sales de la casa y al cuarto de hora vuelves borracho como una cuba. Échate agua fría y te despejas –sale de la habitación cerrando la puerta tras de sí.
Ángeles se aclara la garganta y empieza a hablar de nuevo, aunque esta vez lo hace tan bajo que apenas la escucho:
-    Disculpa por el espectáculo, entre el numerito de Fernando y la discusión no te hemos aclarado nada. Haz las preguntas que necesites, aunque sobre tus padres solo sabemos lo que te dijo antes Álex.
Pienso un poco y decido plantear la pregunta a la que llevaba un rato dando vueltas. Tengo muchas más, pero esta es una de las que más necesitaba hacer.
-    ¿Por qué no hacéis nada contra los locos esos? Le dais mucha importancia a la guerra esta de los dioses, ¿no dará problemas que desaparezcan familias? Además, habéis dicho que se han llevado a más gente…
-    No hacemos nada porque son muchos, Andrea, muchísimos. Están muy bien organizados y son casi todas las familias más poderosas… tenemos demasiados problemas, principalmente, que nuestro número de personal es muy inferior al suyo.
En ese momento entra Mariam al comedor, con cara de malas pulgas. Cierra la puerta y  mira a su abuela con desdén.
-  No hacéis nada por que no os da la gana. Estáis todos cagados de miedo, y  mientras nosotros estamos sentados aquí tranquilamente ellos estarán secuestrando gente. Os hacéis las víctimas, pero nunca te he visto decirnos que entrenemos para enfrentarnos a ellos o que vayamos a pedir refuerzos.
Mariam parece fuera de control. Ha dado dos fuertes golpes a la mesa y está gritando. Espero por el bien de este secreto que el Codorniz esté dormido o haya vuelto a marcharse, porque los gritos de su hija  se deben estar oyendo por toda la casa.
-    ¿Y dónde pretendes que pidamos refuerzos, listilla? Ya te hemos dicho mil millones de veces que al poder están también los Hirsizlar (el grupo de dioses que quieren eliminar familias). ¡Nos matarían también a nosotros si ven que queremos resistirnos –le contesta Samuel a su hermana. Parece que él apoya la idea de quedarse quietos a esperar.
Pues yo creo que tenemos que hacer algo -intervengo tímidamente-. Según contáis se están llevando a más gente a parte de nuestros padres –miro a Álex, que está repantingado en su silla.
-¿Veis? Hasta la novata se da cuenta de que no podemos quedarnos aquí quietos.
¡¡¡Callaos de una vez!!! –el grito de Ángeles nos asusta a todos. Está roja de ira, parece que va a explotar de un momento a otro- No quiero que volváis a hablar de ir a rescatar a vuestras familias nunca más. Que hubiesen tenido cuidado de no dejarse secuestrar. Y tú, Mariam, no tienes por qué meterte en las locuras de estos dos.
Entonces ocurre algo que no me habría esperado. Alejandro se levanta con su típica sonrisa, se acerca a la abuela y le escupe en la cara. Después nos coge de las manos a Mariam y a mí y sale corriendo. Mariam ríe como una chiquilla, aunque yo no sé qué hacer. No me parece bien el gesto de Álex, pero entiendo que no lo agrade que la abuela se metiera con sus padres.
Subimos por las escaleras y cada uno se mete en su cuarto, supongo que nos espera una buena regañina (si no, una paliza) por parte de la abuela.

Me echo en mi cama, confusa. Apoyo la idea de luchar por recuperar a nuestras familias, pero no sé lo que puedo hacer. Le pregunto a Isaac, que me ha seguido y está sentado en el suelo conteniendo la risa.
-   ¿Qué crees que debo hacer? Me siento muy perdida.
-   Debes luchar por recuperar a tu familia, eso seguro. Lo que no sé es cómo debes hacerlo.
-   No entiendo por qué Ángeles no quiere ayudarnos, debería entender que estamos sufriendo, tendría que apoyar que intentemos salvar a nuestras familias y, si nos pilla bien, convencer a los Hirsizlar de que no deben eliminar a las otras. ¿Por qué no nos apoya? –entierro la cara en la almohada con desesperación.
-   Creo… que eso es culpa mía –murmura Isaac.

 Samuel, muy sonriente


-----------------Nota de Sofía Lima------------------------
¡Ya estamos otra vez reunidos, gentecilla! ¿Es difícil librarse de mí, eh? (jeje)
Otra vez vuelvo a dejaros con la intriga al final, o al menos eso intento. Me gusta que os imaginéis todo tipo de locuras (que deberíais contarme)
A parte de eso, solo quiero deciros que tengáis cuidado con los pingüinos que corren por las calles, siguen siendo peligrosos. Yo creo que dominarán el mundo, ellos y el frío que les acompaña.
Ah! y una preguntilla... ¿sabéis si la Ley SOPA afectará a Blogger? Es que esto me tiene preocupada...
Nada más, pasad un buen fin de semana :D
-------------------------------Nota de Andrea Xie---------------

Hola a todos! que tal el dia?
A mi super bien como siempre.
Bueno lo de siempre, ya teneis el dibujo y el capitulo 8.
Espero que os guste el dibujo, no olvideis comentar.
Que os paseis bien el finde, bye bye!

martes, 24 de enero de 2012

Capítulo 7

Me arreglo el pelo rápidamente y acudo a abrir la puerta. Al otro lado está Mariam, que me lanza un bulto de tela.
-    Aquí tienes tu ropa. Baja ese vestido para lavarlo cuando te cambies. El cuarto de baño es esa habitación de ahí –señala a la puerta que hay junto a mi cuarto.
-    Vale, buenos días –contesto intentando ser educada.
Sonríe y baja por las escaleras. Entro en mi cuarto para cambiarme, pero recuerdo a Isaac y abro la puerta del baño. Es una habitación de paredes blancas. En frente de la puerta hay una bañera, además de un váter, un lavabo y un espejo. Desdoblo el vestido y lo observo.
Es una prenda bastante corta, pero es de un rosa pálido muy bonito. Dudo que lo haya elegido Mariam.
Me pongo el vestido, me aseo un poco y enfilo en pasillo en dirección a las escaleras. A mitad de camino, recuerdo algo y vuelvo sobre mis pasos. Entro en mi habitación y busco a Isaac con la mirada. No está. Que chico más raro. Cierro la puerta y me giro.
Me llevo un susto al ver que está detrás de mí.-No me voy a pasar todo el día encerrado, te acompaño. Si quieres decirme algo, no lo hagas en voz alta o te tomarán por loca. Piénsalo.
-¿Puedes leerme la mente?
-  Claro, alguna ventaja tiene que tener estar muerto –sonríe.
Avanzo resignada por las escaleras. Al conocer a Isaac me di cuenta de que todo lo que me habían explicado abajo era cierto. Tengo un montón de preguntas que hacer.
Una vez que llego abajo, me doy cuenta de que Mariam no me ha dicho dónde debo reunirme con ellos. Isaac me lee la mente y me explica que están en el comedor. Parece tener un sexto sentido para localizar a la gente.
-    No es nada de eso –ya ha vuelto lo ha vuelto a hacer-. Siempre desayunan a esta hora, llevo muchos años observándoles.
-    ¿Y por qué llevas tanto tiempo en esta casa?
-   Antes vivía aquí.
La respuesta es corta, pero no hago más preguntas. Parece que no le gusta mucho hablar del tiempo en el que estaba vivo.
Llegamos a la puerta de la habitación en la que cenamos anoche y llamo a la puerta tímidamente. Nadie contesta, pero Isaac insiste en que están en esa habitación. Cojo el picaporte dispuesta a abrir, pero antes de que llegue a hacerlo Alejandro abre desde dentro. Va corriendo, así que me aparto.
Detrás de él va Mariam con un trozo de cerámica en su mano derecha. Supongo que el chico ha roto algo. Es mejor que ellos dos no estén en el comedor, son muy escandalosos y yo voy a mantener una conversación importante con Ángeles.
Bueno, ese era mi plan hasta que veo al padre de los gemelos mordiendo una tostada recubierta de mantequilla. Me saluda muy tranquilamente, no parece extrañarse de mi presencia en su casa a esas horas de la mañana. Como no sé si debo mencionar el tema de las guerras entre dioses delante de él, me limito a comentar lo bonita que es la casa.
Cojo una silla y me siento al lado de Samuel, que me pregunta cómo he pasado la noche. Tras mentirle descaradamente y decirle que he dormido muy bien, me siento a la mesa y cojo una tostada. Comemos en silencio, solo se escuchan el crujir del pan y la risas de Isaac que, sentado sobre la mesa, dice que estrellarse contra un armario no es pasar una buena noche.
Cuando ya hemos terminado de desayunar, entran Mariam y Alejandro en la habitación. Él parece contento, pero la chica va echando chispas.
-    Eh, Andrea ¿qué narices has hecho con el otro vestido? En el lavadero no está.
-    Pues… -la verdad es que no tengo ni idea de lo que he hecho con el vestido.
-    Se te ha caído cuando te he asustado –me dice Isaac, que ya ha parado de reír
Doy las gracias mentalmente al fantasma y le digo a Mariam que he olvidado el vestido arriba. Salgo de la habitación y voy a por él. Después Isaac me explica dónde está el lavadero y lo suelto allí dentro de una máquina cúbica que no he visto nunca. El chico me explica que se llama “lavadora”
Cuando llego al comedor, el padre de los chicos ya se ha ido y entre todos han recogido la mesa. Los dos chicos juegan al ajedrez, Ángeles está leyendo y Mariam está mirando fijamente a un gato.
Al oírme entrar mira a su hermano y, riendo (es la primera vez que la veo contenta), le dice:
-  Cinco duros a que nos hace una ronda de preguntas ahora que se ha ido papá.
-   Ganas tú –le digo.
Me acerco a la abuela y lanzo la pregunta más importante de todas, la que tendría que haber hecho ayer por la noche, aunque fui no me atreví a hacerlo.
-Señora… ¿qué le va a ocurrir a mis padres?
Álex, espectacularmente guapo :P


------------Nota de Sofía Lima-------------------------
¿Cómo va la vida, familia? Ya estamos aquí otra vez dando la lata, esta vez con el capítulo 7.
Tal y como os dije, Álex es guapísimo, ¿verdad? Que penita que no sea humano, me he vuelto a enamorar (jeje)
Pues no tengo mucho más que contaros, la verdad... lo típico, que comentéis y tal... pero eso ya está muy visto. Creo que no hay nada más, os dejo con Andrea Xie y su diminuta nota.
---------------Nota de Andrea Xie--------------------------
Hola a tod@s!!
¿Qué tal el fin de semana?
Hoy tengo mucha suerte, porque he sacado un 10 en el examen de matemáticas.
Que contenta estoy.
Bueno os dejo con el dibujo del capitulo 7( Álex)
Y adiós, hasta el viernes.

viernes, 20 de enero de 2012

Capítulo 6

El mundo se me ha venido encima. En un solo día han secuestrado a mi familia, me han secuestrado a mí, he descubierto que estoy alojada con un montón de gente con poderes mágicos y que yo también soy poseedora de estas facultades. Estas cosas no le ocurren a una chica normal, que es lo que yo creía ser. Siempre había imaginado un futuro de lo más corriente. Me casaría con algún vecino del pueblo, tendría hijos y seguiría trabajando en la panadería. Nunca se me ocurrió que me podía secuestrar un grupo de gente con poderes.
Aunque en realidad, no me han dado ninguna prueba de que sus palabras son ciertas…
Sigo desarrollando esta teoría, a la que me aferro como un naufrago en mitad del mar al último resto flotante de su barco. Otra pregunta lógica que me viene a la mente es: ¿por qué nunca he tenido ninguna señal de mi magia? Esto me alivia y puedo para de llorar. Me seco las lágrimas y tomo un sorbo de agua de un vaso que hay en mi mesilla de noche.
Con la mente algo más despejada, me fijo en que en la habitación hay un agradable olor a jazmín. Puede que nada sea tan malo, quizás todo esto es una broma de mi hermano mayor. Él se fue a estudiar medicina a la capital, puede que haya ganado mucho dinero y organizado esto para darme un susto. Siempre fue un bromista. Sonrío al recordar los buenos momentos junto a él.
-    Yo no quiero desilusionarte, pero todo lo que te han contado ahí abajo es verdad.
¿Quién ha dicho eso? Me levanto de la cama de un salto, asustada. La voz ha sonado cerca, pero no hay nadie más que yo en la habitación. Seguro que estoy demasiado cansada.
-    Oye, ¡no me ignores!
Otra vez esa maldita voz. Ahora va a resultar que por culpa del susto me he vuelto loca. Me echo en la cama, y entonces reparo en un resplandor junto al armario.
-    ¡Ah! –grito apoyando la espalda contra el cabecero de la cama
-    Shhhh, no grites, que te va a oír.
Al fin, distingo una cara en el resplandor. Es un chico más o menos de mi edad (creo que no lo he dicho, tengo 15 años), con el pelo marrón claro y los ojos verdes. Está apoyado contra mi armario, y viste unas ropas un poco anticuadas.
-    ¿Qué clase de ser eres?
-    Oye, no me llames “ser” que soy tan humano como tú. Bueno, más o menos. Me llamo Isaac –se acerca a mí con la mano extendida.
-    Brillas… además, ¿qué haces en mi cuarto?
-    Ya sé que brillo. Y este no es tu cuarto, es MI cuarto. Cuando vivía en esta casa, esta era mi habitación. Anda, relájate, que te va a dar una crisis nerviosa –se acerca a mí, el olor a jazmín se intensifica, parece que procede de Isaac.
-    Aléjate –normalmente no soy tan maleducada, pero este ser me da miedo.
Isaac no obedece y se sigue acercando, risueño. Esta situación es muy incómoda. Hay un chico brillante (en sentido literal) metido en mi cuarto, que no sé cómo ha entrado y se está acercando a mí. Harta, me lanzo a pegarle con la almohada, pero aunque veo que voy a chocarme con él, con lo que me doy es con el armario.
Caigo al suelo, y cuando me recupero del golpe veo que el chico está parado a mi lado.
-    ¿Por qué me has esquivado? Me he hecho daño por tu culpa.
-    Yo no te he esquivado. Y no es mi culpa que no sepas que los fantasmas somos inconsistentes –dicho esto, atraviesa sonriente el armario con una mano.
Es lo último que veo antes de desmayarme.

-------------A LA MAÑANA SIGUIENTE-----------
-    Oye, no duermas mucho más que van a venir a buscarte y te encontrarán tirada en el suelo.
Abro los ojos lentamente. Tengo mucho frío y me duele la espalda. Además, no sé quién me está hablando ni qué hago en el suelo.  Me incorporo y veo al chico brillante sentado sobre la cama. Lo recuerdo todo de pronto y estoy a punto de desmayarme otra vez, aunque consigo mantenerme en pie.
-    ¿Por qué no me has levantado? ¿Y por qué sigues aquí?
-    Pues no te he levantado porque, como ya te he dicho, no puedo coger cosas con las manos.
-    ¿Eso no fue un truco de magia?
-    Eso me gustaría a mí, pero por desgracia llevo ya 20 años muerto. Lo que no entiendo es cómo haces para poder verme. Como ya he dicho, llevo 20 años así y nunca había podido hablar con ningún humano. Se ve que tú tienes algo raro, los otros dioses tampoco me pueden ver.
-    Entonces… ¿todo este rollo de los dioses y los fantasmas es cierto?
-    Pues claro. Ahora mismo viene una prueba viviente de ello a buscarte, así que quita esa cara de pánico. Te van a tomar por loca si te ven mirando a un rincón “vacío” con los ojos tan abiertos –ríe.
Tal y como Isaac había dicho, alguien llama a la puerta de la habitación.
 Isaac, un chico brillante (literalmente)


--------------------Nota de Sofía Lima-----------------------
Buenas tardes, familia! ¿Hace tantísimo frío en otros lugares o solo hay pingüinos en mi pueblo? Vale, vale, ya dejo de quejarme. 
Hoy no tengo muchas cosas que decir, aunque os aviso de que ya he empezado a dar la lata con las encuestas otra vez. Tenéis una a la derecha de la página.
A parte de eso, el típico rollo de que comentéis, que opinéis y blablablabla...
Ya acabo, solo os pido que os abriguéis para salir a la calle. Vuestras madres me han dicho que os convenza (jeje)
Nada más, que paséis un buen fin de semana.

------------Nota de Andre Xie------------------
Hola a todos!!!
Os gusta el dibujo?
Tardé mucho en hacerlo pero me quedo muy bien.
Sofía dijo que se enamoró del dibujo cuando lo vio.
FELIZ ANO NUEVO CHINO por adelantado porque el domingo será el ano nuevo chino, es el dragón.
Bueno, nos veremos en el siguiente capítulo.
ADIÓS!!



miércoles, 18 de enero de 2012

Capítulo 5

Nos sentamos en el comedor todos juntos a excepción de Mariam, por la que decido no preguntar. Bueno, no pregunto eso ni ninguna otra cosa, todos están muy callados y deduzco que están rezando.
      Pasa el rato y nadie dice nada, comienzo a ponerme nerviosa. La situación ha sido bastante rara, he estado demasiado tranquila desde que me desperté. Me han secuestrado, aunque no me han tratado mal y no se han esforzado en retenerme, pero sea como sea esto es un secuestro.
      Estoy planteándome la idea de salir corriendo cuando Mariam entra por la puerta con una bandeja entre las manos. En la bandeja hay unas bolas de arroz blanco. ¿Se supone que eso es la comida? Nunca antes he comido nada semejante, que yo recuerde, ni tampoco lo he visto en la televisión.
-    ¿Bolas de arroz? –dice Samuel- No creo que lo haya probado nunca.
-    Ni volverás a hacerlo después de esto, ya verás –me susurra Alejandro.
Sus palabras me asustan al principio, pero lo ha dicho demasiado tranquilamente como para que lleven veneno. Aunque, sinceramente, de Mariam me esperaría cualquier cosa.
-    Tú, que te he escuchado –le reprende-. Como me toques mucho las narices te dejo sin cenar.
-    Casi sería mejor…
El tono desafiante de chico hace que Mariam se enfade de verdad. Coge las dos bolas de arroz que había puesto en el plato de Alejandro y se las aplasta en el pelo. Él pierde su aire tranquilo y salta encima de Mariam con mi parte de la cena en las manos y se las lanza a la cara. Al final, la abuela se ve obligada a intervenir.
-    ¡¡Estaos quietos los dos!! –les grita- ¿No os da vergüenza montar este espectáculo delante de nuestra invitada? Mariam, barre eso ahora mismo. Y tú, Alejandro, esta noche no cenas.
Incluso la indomable Mariam acata las órdenes de Ángeles sin rechistar. Parece que la respetan mucho.
Cuando Mariam termina de barrer, se sienta junto a su hermano en la mesa y se dispone a morder una de sus bolas de arroz. No parece darse cuenta de que yo no tengo cena. Siguen comiendo todos, excepto Alejandro que sigue quitándose el arroz del pelo.
De pronto, Samuel levanta la vista de su cena y se levanta sin decir nada. Me parece que en esta casa no hay nadie con mucha educación.
Bueno, pienso esto hasta que pasan cinco minutos y vuelve con un par de bolas de arroz de la cocina. Las pone en mi plato y pide perdón por el despiste de su hermana. Le digo que no pasa nada y muerdo una con hambre.
   Disimulo mi desagrado. Con razón decía Alejandro que no volvería a probar esa comida. No sé cómo se las ha apañado Mariam, pero este arroz blanco está ácido, y se supone que no debe tener  mucho sabor. Cuando termino de comer, los chicos me miran con cara de esperar que vomite. Sonrío levemente.
      Entonces, recuerdo que me iban a contar el motivo de mi secuestro después de cenar, pero veo que nadie habla y que Mariam se dispone a marcharse, así que lanzo yo misma la pregunta.
-    Disculpad pero… me gustaría saber lo que hago aquí.
-    Anda, ¿es que no te lo han contado los chicos? –pregunta la anciana con sorpresa. Niego con la cabeza.
-    ¿Cómo esperas que se lo contemos? Es muy complejo, esa es tu responsabilidad, abuelita.
-    Sí, lo comprendo, Mariam –me mira a mí-  ¿Crees en Dios?
-    Por supuesto –aunque no lo hubiese hecho, si la policía me pilla diciendo que no soy creyente… me pueden pasar de todo excepto cosas buenas.
-    Entonces va a ser todo aún más difícil. Te tengo que pedir que abandones esa creencia, porque todo esto es cosa de varios dioses, no de un único dios
Cada vez entiendo menos toda esta situación… ¿qué tienen que ver mis creencias con mi secuestro?
-    ¿Sois una secta? –pregunto asustada. Todos se ríen.
-    No, no lo somos –prosigue Ángeles-. Nuestra historia se remonta a la creación del mundo, aunque eso no significa que seamos inmortales, ni mucho menos. Las cosas importantes de este mundo necesitan una organización, y ahí es donde entramos nosotros.
Somos como lo que vosotros llamáis dioses, aunque no exactamente. Tenemos un poder específico, no somos todopoderosos. Y somos muchos, dos familias por cada elemento vital (que no son solo el agua, la tierra y el fuego). En cada hemisferio del planeta reside una de las familias. Todos nosotros, excepto Alejandro y tú –esto me alivia, aunque no me creo del todo esta historia, no me hacía mucha gracia tener poderes- somos de la familia norteña de los dioses del sueño.
El caso es que unos cuantas familias han decidido que se debe cambiar la organización y quitar de en medio a las familias menos poderosas, y se ha declarado una guerra.
El problema, es que tanto tu familia como la de Álex decidieron quedarse al margen.
-    ¡Eso no es cierto! –pierdo los nervios- Nadie de mi familia tiene poderes.
-    Es todo verdad, lo que pasa es que han escurrido el bulto y no han dicho nada. Abre los ojos, Andrea –me responde Mariam.
Ángeles nos pide silencio y sigue contando esa loca historia:
-    Tanto a tu familia (dioses de la tierra), como a la de Álex (dioses del tiempo), se les ha atacado desde el bando de los que quieren librarse de algunas familias (los Hirsizlar) para intentar reclutarles. Sois los únicos miembros de vuestras familias que hemos podido salvar los del otro bando.
Miro a Samuel reclamando ayuda, no me creo que esto sea verdad, pero nada explica la desaparición de mis padres… y él asiente con la cabeza. Parece que todo esto es cierto.
Me levanto temblando digo buenas noches en voz baja y subo a mi cuarto. Tiene un pestillo por dentro, así que lo echo. Después me tumbo en la cama, me tapo la boca con la almohada y me pongo a llorar.


Mariam, toda orgullosa de su arroz ácido
-------------Nota de Sofía Lima----------------------
Buenas tardes, familia. Lo primero que quiero hacer es pedir perdón por todo el espectáculo este del cambio de blog y de tuenti. Creo que esta chica no debería volver a causarnos problemas, la bloqueé en el blog y no sabe la nueva dirección ni mi nuevo tuenti.
A parte de eso, quería decir que hoy (18 de enero) hace un año de que empecé a publicar mis historias... hay que ver, que jóvenes éramos todos. Fuera de cachondeos, hoy es un día muy importante para mí, porque desde que empecé con todo esto tengo un lugar en el que refugiarme cuando quiero escapar del mundo real. He pasado muy buenos momentos hablando con vosotr@s, escribiendo los capítulos y diseñando mis blogs. Han sido doce meses (y espero que sean muchos más) muy especiales. 
De verdad, muchas gracias por estar ahí todo este tiempo :D

----------------Nota de Andrea Xie--------------------
Hola a todos!
Os gusta el dibujo?
A mi me encanta, pero la grunona de sofia dice que tiene el pelo largo.
Bueno comentad el capitulo.
adios!!



viernes, 13 de enero de 2012

Capítulo 4

El caso es que me dejo llevar por las palabras de Ángeles “O algo así” y me siento delante de ella para ver como teje un jersey de lana teñida de azul oscuro. Me explica que es para su nieta, que debe tener mi edad “más o menos”.
                La verdad es que esta señora no especifica mucho, siempre utiliza aproximaciones y expresiones del tipo: “o algo así”, “más o menos”… Pero habla muy dulcemente y sus palabras tienen cierto magnetismo.
      Al final abandono toda idea de huir, porque la señora me inspira confianza… o no, en realidad no sé lo que pasa. Simplemente hay algo en mi mente que me dice que no debo irme, que estoy bien aquí junto a la señora “Oalgoasí”, que es como he decidido bautizarla.
      Estoy completamente relajada, casi se podría decir que hipnotizada cuando se escuchan voces provenientes del otro lado de la puerta.
      Entonces recuerdo que no estoy aquí haciendo una visita de cortesía, que en realidad me han secuestrado y trataba de escapar cuando me encontré con la señora Oalgoasí. No entiendo qué clase de atontamiento me pudo llevar a quedarme sentada charlando con la anciana, pero no es momento de regañarme a mí misma. Me levanto dispuesta a salir por la ventana, pero me doy cuenta de que no es de las que se abren. Es una gran cristalera con cortinas desde la que se ve un bosque.
      “Así que estoy completamente acorralada” pienso, con un ataque de pánico. De pronto me doy cuenta de la complejidad de la situación y noto que me faltan las fuerzas. Caigo al suelo, ya convencida de que me van a hacer algo horrible mientras Ángeles me mira con una mezcla entre pena y mofa.
      Cuando se abre la puerta saco fuerzas de flaqueza y me arrastro hasta el rincón más apartado de la habitación, aunque sé que ya no sirve de nada.
      Justo cuando llego, entran las dos personas a las que escuché hablar.
-    Te lo juro, es la última vez. ¡La última!
-    Si te encanta meterte con lo que va escogiendo mi hermana.
-    Ese es el problema ¡nunca coge nada! Ir a comprar con vosotros es un suplicio… Buenas tardes, por cierto, señora.
Ángeles, en lugar de contestar, señala hacia el rincón en el que estoy yo con la boca abierta y los ojos como platos.
-    Anda, ¿ya te has despertado? Qué bien, creí que este inútil se había pasado con el somnífero.
-    ¿Alejandro? –en efecto, el que está en la puerta era Alejandro, y el chico con el que discutía es Samuel, el hijo del Codorniz.
-    ¡Menuda cara de pánico! –dice riendo
-    Bah, pobrecilla, seguro que mi abuela no le ha contado nada y se cree que la hemos secuestrado.
-    Es que es lo que hemos hecho.
Mariam, la hermana de Samuel a la que confundí con un chico
esta mañana entra por la puerta con varios trapos en las manos que le lanza Ángeles, la que debe ser su abuela.
-    Dos vestidos, como nos encargaste. Y tú –dice mirándome-, quítate ahora mismo mi ropa y ponte el vestido que he dejado encima de tu cama.
Aunque tengo la cabeza llena de dudas y cada vez me entero menos de lo que está pasando, decido acatar las órdenes de Mariam.
Puede que el resto de mis secuestradores parezcan muy simpáticos, pero como ya he dicho son S-E-C-U-E-S-T-R-A-D-O-R-E-S y por más amables que parezcan es posible que estén fingiendo. Desde luego, por la forma de tratarme de la chica y mi misteriosa llegada a la casa una invitada de honor no soy.
Busco el cuarto en el que aparecí, que no es muy difícil de encontrar al estar completamente al fondo del pasillo y entro a cambiarme.
      Sobre la cama hay un vestido blanco mucho más propio de una chica, no como las ropas que ahora llevo. Mariam y yo somos polos opuestos, tanto en carácter como en los gustos a la hora de vestir.
También hay unos zapatos un tono más oscuros que el vestido, que me calzo agradeciendo dejar de estar descalza. Los suelos de piedra de esta casa son especialmente fríos.
      También descubro que hay una ventana en la pared de la derecha en la que no había reparado antes al estar cerrada. Veo, por la posición del sol, que deben de ser sobre las siete de la tarde. No tardará en anochecer.
      Alguien llama a la puerta con tres ligeros golpes, cosa que me hace gracia. Si me han secuestrado, tanto respeto es bastante ilógico.
-    Adelante.
Samuel abre la puerta y entra a la habitación.
-    Oye, que no sé si te hemos asustado y quería pedirte perdón. De verdad que no te vamos a hacer nada malo.
-    Entonces ¿por qué me habéis traído aquí?
-    Baja, en el comedor te lo explicaremos más tranquilamente.
Y después de esto, abre la puerta para que yo salga y nos dirigimos a la planta baja, para que me cuenten de una vez que hago en esta casa.
Ángeles "Oalgoasí"




------Nota de Sofía Lima-------
Buenas, gentecilla! Ya tenéis aquí el capítulo 4, y me gustaría hacer una pregunta sobre él.
¿Creéis que es demasiado corto? Es cuando lo escribo en  el Office me parece que está bien, pero cuando los veo en el blog me parecen muy cortos. ¿Qué opináis?
Que tengáis un buen fin de semana.
Nada más, os dejo con al nota de Andrea Xie
--------Nota de Andrea Xie--------------------
Hola a todos/as!!
Espero que os gusten este capitulo y este dibujo.
En este capítulo dibuje a Ángeles, la abuela de Mariam y Samuel.
Y comentad el capítulo por favor.
Muchísimas gracias por leer este capítulo y que os paséis bien en fin de semana.