martes, 24 de abril de 2012

Capítulo 34


Samuel no nos deja tiempo para preguntar qué es lo que sabe dónde está. Agarra a su hermana por un brazo y sale corriendo hacia el interior de la casa mientras grita que le sigamos. Es extraño ver cómo el chico calmado de siempre ha perdido así los nervios. Tiene que haber ocurrido algo verdaderamente importante.
Corremos todos juntos hasta llegar a la biblioteca, donde está Stefania rodeada de enciclopedias en castellano, turco y rumano y lanzando bolas de papel hacia atrás. Está muy concentrada, tanto que no se fija en nosotros aunque estamos montando un buen jaleo.
-     ¡Stefania! ¡Eh, Stefania! No me ignores… ¿Dónde has puesto el libro de historia de la literatura?
-     No recordar. Hay muchos aquí, creo que lo dejar encima del sofá.
Samuel empieza a revolver los libros que hay tirados por encima del sofá, sin contestar a nuestras preguntas. A estas alturas ya he deducido que han descubierto algo sobre la misteriosa autora de la novela de ayer, pero, ¿qué han descubierto tan importante?
-     ¡Aquí está! Mierda, se ha manchado de café… Bueno, da igual –el dios del sueño se acerca a nosotros y nos enseña una página del libro.
El volumen no debe tener muchos años, está en buen estado y las páginas se ven limpias (sin contar la mancha de café, que es bastante reciente). En el centro de la que nos enseña Samuel, rodeada de letras, hay una fotografía de una muchacha de unos veinticinco años años. Aunque la foto no tiene color, se nota que su pelo y sus ojos son de un color oscuro, al igual que su ropa. Lleva pantalones, cosa que me recuerda a Mariam y me sigue resultando extraña en una chica. Lleva el pelo algo más corto que esta y parece muy feliz. Entre sus manos sujeta un libro: Guerra contra la vecina pesada.
-     Esta, chicos, es nuestra querida autora actualmente –nos explica Samuel-. Esta foto es de hace poco, de cuando le publicaron su primer libro. Aquí no hay mucha información, pero  hay un par de datos interesantes –hace una pausa.
-     ¡Deja ya de hacerte el misterioso! –le reprende Álex
-     Vale, vale, tranquilo… Lo primero es que si le publicaron el primer libro con dieciocho años y el último que conocemos en 2005, con 70, es que por esa fecha no le quedará mucho tiempo de vida –todos lo miramos asustados. No sabemos donde localizarla en otra época, y no seria muy correcto preguntar cosas sobre antiguas guerras a una moribunda-. Pero, hemos encontrado la forma perfecta de ir sin que la abuela se entere.
-     Por intentarlo… -dice Isaac, que parece más motivado que nunca.
-     Ella vivirá en el un pueblo cercano al nuestro. Poder ir con excusa de revisar las obras de Casa Morfeo –explica la rumana.
-     Pero… ¿en el libro pone su dirección completa? –pregunto yo, extrañada.
Stefania y Samuel se miran con cara de susto. Parece que no se habían dado cuenta de este “pequeño” detalle. Sin decir nada, se ponen los dos juntos a mirar el libro del futuro de arriba abajo, pero no tardan en levantar las miradas y negar con la cabeza. Estamos de nuevo en un punto muerto.
-Si es un pueblo pequeño, a lo mejor aún podéis hacer algo –interviene Martina-. En los pueblos pequeños todo el mundo se conoce, podríais preguntar.
- La gente del futuro es muy cerrada, parece que lo has olvidado –le responde su hermano-. No querrán decirnos nada para que no molestemos a la “estrella”.
- Oh, vamos, ¿qué perdemos por intentarlo? –dice Luz, ilusionada.
-Al menos deberíamos acabar con los entrenamientos de Andrea… O no –comenta Mariam para sí misma-. No, no acabaremos. Iremos mañana mismo.
El plan de la chica me asusta, yo no quiero ir a enfrentarme con nadie sin manejar mi poder. Al ver que me estoy poniendo blanca y que el resto empiezan a quejarse, la chica nos pide que la dejemos hablar.
-    Eh, que no he terminado. Recordad que no vamos a pelear, sino a hablar con una vieja. No necesitará para eso ningún poder especial. Queráis o no queráis, vamos a ir mañana. A Álex no le importa llevarnos, ¿verdad?
No me hace falta mirar al chico para saber qué va a contestar. Él también tiene sed de venganza e intentará contribuir todo lo que pueda.  Si pretendo que alguien apoye la idea de que debo entrenar más antes de meterme en líos, no puedo esperar que sea él. No después de ver lo que le ha ocurrido a su hermana.

---------------Nota de Sofía----------
Disculpad que tanto la nota como el capítulo sean tan cortos, últimamente mi talento literario no me habla *-*

No hay comentarios:

Publicar un comentario