miércoles, 4 de abril de 2012

Capítulo 29

Mariam e Isaac van delante, y Luz y yo no podemos seguirles el ritmo. Cuando nosotras hemos terminado de subir la escalera, ellos ya están en la habitación de Álex y la chica abre la puerta.
Si había esperado encontrarme a un montón de Hirsizlar por todas partes y tenerme que enganchar a puñetazos con ellos, me llevo una desilusión. En el cuarto solo está Alejandro, muy pálido mirando fijamente a un rincón y balbuceando. Luz y Mariam se miran entre ellas extrañadas.
-     ¿Qué te pasa? ¿Una pesadilla? –le pregunta la pequeña.
El chico no contesta.
-     ¡Hey, hey! ¡Álex! ¡No nos ignores! –le sacude la diosa del sueño- ¿Estás bien?
-     Está… está… ahí. Martina. Ahora hay dos ¡Vienen a por mí!
Se pone a llorar como un chiquillo, para nuestra sorpresa. No comprendo nada de lo que está pasando ¿Quién es Martina?
-     ¡No me digas que se ha vuelto loco! –exclama Mariam- Eh, tranquilo, ahí no hay nadie, y menos tu hermana –se sienta a su lado y le coge la mano, en un gesto extrañamente tierno en ella.
La situación se ha aclarado un poco, pero no termino de comprenderlo. Al parecer, Martina es la hermana de Álex.
-     ¿No… no la ves? –está aún más blanco que antes- Allí… hay dos… brillan…
Claro, brillan. Tendría que haberlo pensado antes. Me giro hacia el rincón que señala Álex y, efectivamente, allí está Isaac junto a una niña pequeña. Normalmente no le hablo al chico fantasma en voz alta, pero esta vez no me doy cuenta de que lo hago:
-     ¿Qué está pasando, Isaac? –todos me miran como si estuviese loca, excepto Alejandro, que más bien parece relajarse.
-     ¿Ya no te vas a molestar en esconderlo más? Estás hablando en voz alta –me contesta-. Ésta es Martina, la hermana de Álex y legítima dueña de los peluches de tu cuarto.
La chica saluda tímidamente y su hermano vuelve a palidecer.
-     ¿Qué es esto, Andrea? ¿Estáis fumados los dos? –pregunta Mariam, con gesto entre asustado y divertido.
-     ¿Y cómo te lo explico? Si yo creía que estaba loca hasta ahora mismo, que me doy cuenta de que no soy la única que ve muertos.
-     Lo de llamarnos muertos suena un poco ofensivo –me regaña Isaac.
La situación me supera, no sé cómo explicar todo esto a los chicos ni cómo tranquilizar a Álex, y tampoco creo que Martina e Isaac vayan a ayudar mucho. En realidad, me parece que ni siquiera saben por qué están aquí y no en… en el lugar al que van los muertos, sea cuál sea.
-     Andrea… ¿me he vuelto loco? – me pregunta mi “compañero de visiones”
-     Espero que no, porque entonces me habría vuelto loca yo también –me siento en la cama e intento ordenar un poco mis pensamientos.
-     Vamos a ver –Mariam y Luz escuchan interesadas, creo que se piensan que estamos borrachos o algo-. Aquel de allí, el rubio que brilla, es Isaac –el chico saluda-. Le conocí cuando llegué casa Morfeo, antes vivía en mi cuarto. Y la otra… es tu hermana, pero no puedo decirte más, pregúntale a ella.
Se le ve muy abrumado y no parece tener claro cómo hablarle, pero prefiero no presionar. Debe hacerse a la idea de que puede hablar con los muertos y, lo digo por experiencia propia, eso no es fácil. Recuerdo cómo me desmayé cuando comprendí que Isaac no era una persona normal. En comparación, Alejandro se lo está tomando con mucha entereza.
-     Casas ardiendo, Hirsizlar, peleas… les parecía poco y ahora les ha dado por ver fantasmas –gruñe Mariam-. Este está cuajado, así que voy a preguntar yo: ¿Qué hace aquí Martina? ¿No estaba secuestrada?
-     Me mataron en una de las sesiones de tortura, creo. Se pasaron con el potro*… o eso creo. No sé, hubo un golpe de oscuridad, otro de luz y de pronto estaba aquí. Vi a mi hermano, le saludé y se puso a chillar. Me asusté mucho.
Se la ve verdaderamente triste. Aunque habla sobre ello con mucha tranquilidad, se nota que aún no ha aceptado su muerte. Supongo que es una situación bastante dura.
-     ¡¿Te han estado torturando?! –Alejandro salta de la cama, pero se marea al ponerse de pie y solo los brazos de Mariam evitan que caiga al suelo.
-     Deja de hacer locuras, hombre –le reprende- Andrea, ¿qué ha dicho? Yo no escucho nada.
Le resumo brevemente las palabras de la niña, y parecen tener un gran efecto en ella y en la pequeña Luz, que se pone roja de rabia. Empiezan a discutir tan rápido que no sigo el hilo de sus palabras, pero hay momentos en lo que la conversación coge un tono amenazante. Según me cuenta Isaac, que si entiende lo que dicen, están comentando lo que harán cuando pillen a los que se dedican a torturar niñas pequeñas. Son unos castigos terribles, como sacarles la uñas de los pies con pinzas una a una, pero se lo merecen.
-     ¿Y nuestros padres? –se oye la voz débil de Álex- ¿También los han…?
-    No, ellos están vivos –estás palabras no parecen tranquilizar al dios del tiempo-. Antes les utilizaban con la amenaza de hacerme daño si no obedecían… ahora no sé lo que estará ocurriendo. En realidad estaban teniendo bastante suerte, solo tenían que llevar a algunos caprichosos de viaje por el tiempo.  Otros estaban peor.
Estas últimas palabras de la niña fantasma me hacen recordar a mis padres ¿Sabrá algo de ellos? Va a ser difícil lanzar la pregunta, pero es la única oportunidad que tengo de volver a saber de ellos. Aunque, por otro lado, sería bastante desagradable saber que les han matado… Aparto esta idea tan horrible de mi mente y me decido a preguntar.
-     Oye, Martina –la pequeña me mira con sus brillantes ojos de fantasma- ¿Sabes algo de los dioses de la tierra? Un humano y…- no me deja terminar.
-     Esos estaban en la celda de al lado. Buena gente, sin duda, pero les pegaban mucho. Sobre todo al hombre, no sé cómo aguantaba.
La noticia sobre los malos tratos a mis padres me ha dejado un poco K.O., situación que aprovecha Luz para hacer preguntas sobre su tía, también secuestrada. Voy haciendo de enlace para transmitir las palabras de Martina a Luz hasta que Mariam se cansa y nos para.
-     Oíd, esto es una locura, y yo creo que tendríamos que asimilarlo antes de recibir más información. Además, hay que hablar con mi hermano y Stefania. Dejad a estos dos solos –señala a los dioses del tiempo-, que tendrán muchas cosas que contarse.
Asentimos, el tono de sus palabras no admite réplica. Todos salimos al pasillo y cada uno va a su habitación, yo seguida de Isaac. A mitad de l pasillo, se oye la voz de Martina, que me llama.
-     ¿Andrea? –me doy la vuelta
-     Es que antes no pude terminar, y creo que deberías saber esto. La última vez que le vi, tu padre se estaba muriendo. Si te sirve de consuelo… no fue cosa de los Hirsizlar. Tenía la viruela –me mira con cara triste-. Lo siento –se va flotando, quizás arrepentida de haber dicho estas últimas palabras.
-     Andrea ¿estás bien? –me pregunta Isaac.
-     A la mierda la buena fe y los modales. Yo a esos los mato, aunque sea lo último que haga. Ya han pasado por encima de demasiada gente, no van a pasar por encima de mí. 
 Martina

--------Nota de Sofía, la mejor del mundo (jiji)-----
¡Merhaba, gentecilla! Os saludo en turco para dar ambiente, pero tranquilos, que la nota va en castellano. Podría intentar ponerla en francés, pero tengo un vocabulario muy limitado y quedaría rarísima u.u
Voy a dejar de decir locuras, no os preocupéis xD 
¿Esperábais que fuera eso lo que iban a encontrar en el cuarto de Álex? 
Pensaba dejar esto para más tarde, pero me he dado cuenta de que ya casi en el capítulo 30 y he preferido meterla. Pondremos un dibujo suyo el lunes, Andrea ya está trabajando en ello.
Nada más, pasad bien las vacaciones y que la lluvia no os deprima ^^
Me despido también en turco: Allahaismarladik!

2 comentarios:

  1. Me ha encantado lo de Martina ^^ Es genial. Quiero más... Jo,qué placer que subas todos los días, porque si no tendría que esperar mucho jajajaja. Hasta mañana ;)

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    1. De vez en cuando me gusta meter personajes nuevos para refrescar la historia ^^
      Es muy cansado subir todos los días, hay que levantarse temprano para escribir u.u
      Hasta mañana!

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