martes, 1 de enero de 2013

Capítulo 2.24.

 Pasamos un buen rato caminando por los rincones de este barrio hasta dar con la calle Rodolfo Martín. Me pregunto quién será este hombre, pero al llegar a la entrada de una casa decorada con velas mis pensamientos se alejan del misterioso señor para centrarse en el miedo que me provoca un contacto espiritual. Está claro que esta es la casa de la vidente.  
- ¿Estás asustada, Andrea? -asiento y, por un segundo, me parece ver que el chico sonríe- Todavía falta Álex, así que no podemos hacer nada. De todas formas, creo que es una tontería que ahora te asustes teniendo en cuenta que llevas mucho tiempo hablando con fantasmas.
 - No lo había pensado... Aun así, yo nunca los había llamado. Vienen porque quieren, pero esta vez tendremos que arrastrar a esa pobre chica. Espero que no se ofenda.
 - A mí me preocupa más que la vidente nos estafe o que esa niña no se haya transformado en fantasma. También me resulta algo preocupante que la música de esta época sea tan poco elegante-señala la ventana de una casa cercana, desde la que se puede escuchar una canción que me hace ponerme roja.  
El último comentario del dios del sueño, tan normal, hace que me tranquilice un poco. Sonrío levemente y él llama a la puerta, por la que no tarda en salir una mujer bajita y vieja, con un vestido de lunares de colores que no pega nada con el aura tétrica que su dueña desprende.  
- ¿Qué queréis? -dice, con voz una voz profunda que me recuerda a la de Fernando, sin molestarse en saludar.  
Yo soy incapaz de decir nada, pues la poca simpatía de la señora ha hecho que mis nervios vuelvan. Samuel le explica porqué estamos aquí con la buena educación que siempre ha demostrado, sin ofenderse por el tosco comportamiento de la anciana:  
- Buenos días, señora. Hemos venido a ver a Madame Cosmos para hacer una consulta. ¿Está disponible?  
- Depende del dinero que tengáis. Por cinco euros podéis estar con ella un cuarto de hora.  
Oh, problema. En casa tenemos prohibido tocar el dinero que ganamos si no es el fin de semana para comprar comida barata en el mercadillo, así que ninguno de los dos llevamos nada encima.
Voy a despedirme y a darme la vuelta cuando Samuel me agarra por el brazo y me retiene.  
- Mira, hermanita, llevas los cordones desatados.  
Al principio no entiendo por qué dice eso, si ni soy su hermana ni mis zapatos tienen cordones, pero me doy cuenta cuenta de que solo es un truco para distraer a la portera. Cuando la mujer baja la vista, el dios del sueño le pone una mano en la cabeza y hace que se duerma.  Consigo agarrarla antes de que su nariz impacte con una de las velas y la apoyo contra la pared. Acto seguido, mi acompañante cierra la puerta y echa a andar por un pasillo, indicándome que le siga.  

No nos cuestra encontrar el despacho de Madame Cosmos en la pequeña casa, en la que solo hay seis puertas. La del final del pasillo no deja lugar a dudas: en ella hay unas cortinas moradas con estrellas doradas que parecen ofender al buen gusto de Samuel, que murmura algo sobre bares de carretera.  Llama con educación, pero no espera a que le den permiso para entrar y abre la puerta.
 Al otro lado hay una habitación llena de velas en la que una muchacha joven, vestida con trapos que le tapan la cara, intenta esconder una revista para adolescentes debajo de un cojín sin mucho éxito. Nos mira con cara de aburrimiento y nos indica que nos sentemos en unas sillas forradas con cojines del mismo tejido que las cortinas de la entrada.  
- ¿Puedes hacer algo que valga la pena? No tenemos tiempo que perder. Necesitamos...
 - Sé lo que necesitáis, soy bastante buena en lo mío aunque mi madre no piense eso. Sois la primera pareja que viene a pedirme que invoque a un fantasma en lugar de un hechizo de amor eterno y cosas así. La gente antigua es bastante rara... Dime, ¿a quién tengo que llamar?  
Esta vez es Samuel el que se sorprende oor la cantidad de información que conoce esta muchacha, así que soy yo la que habla. Supongo que el estar ya acostumbrada a que exise gente que puede ver fantasmas y que tiene poderes raros (más que los de los dioses), es una de las causas de mi ataque de valentía:
 - Necesitamos que nos acompañe a nuestra época para poder contactar con la persona a la que buscamos, pero para eso tenemos que esperar a nuestro amigo que es el dios de...
 - Sí, ya sé cómo funciona esto. Vamos rápido a buscar a vuestro amigo, me mata la curiosidad por ver vuestra época -se quita los velos y deja a la vista un vestido largo blanco con flores de tonos pastel que nadie mirará mal en los años 60 y que hace un bonito contraste con su piel oscura.  
 Salimos de la casa los tres juntos después de que la vidente se presente con el nombre de Tamara y deje a la anciana -su abuela- sobre el sofá con ayuda de Samuel. En su compañía, nos cuesta mucho menos orientarnos en el barrio y tardamos menos de diez minutos en estar en casa de Jose.

 Nos alegramos al ver que ya no están las fans de Kenshi, pero nos hace menos gracia encontrar un perro enorme tumbado encima del felpudo mirándonos fijamente. Tiene cara de estar pasándoselo bien al vernos en un apuro, lo que acentúa mis sospechas de que no es normal.
 -Nunca había visto uno de esos huskyes siberianos completamente negro -señala Tamara.
Se acerca al animal y empieza a tirarle de las orejas.  Éste, de pronto, cambia de forma hasta convertirse en un joven japonés y nos saluda a todos muerto de risa, lo que me confirma que está completamente loco. Por la puerta asoma Álex, también riendo, y eso hace que me plantee si sería más cómodo si yo también estuviese loca.    

Una vez dentro, nos explican que han dejado a la mitad del grupo actuando en el pueblo vecino y Kenshi, Stefania y Álex han venido a solucionar lo de la chica fantasma.  Los únicos detalles que la rumana recuerda son que se llamaba Jara, que era dos años mayor que ella y que había nacido en Bulgaria.  No parece mucho, pero Tamara está muy segura de sí misma.
Con esos detalles viajamos todos juntos en busca de la nueva chica y, aunque no me gusta pensarlo, también a despedirnos de nuestra época, tal vez para siempre.

-------Nota de Sofía---------
FELIZ AÑO NUEVO! Cómo va todo? Espero que disfrutáseis mucho de la noche vieja y no os atragantáseis con las uvas. Estoy segura de que este año también compartiremos muy buenos ^^
Hasta mañana!

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