viernes, 24 de febrero de 2012

Capítulo 16

Otra vez me tengo que duchar a toda velocidad, Isaac no ha conseguido despertarme ni dando voces.  Pobre chico, siempre se deja la garganta intentando que me levante y no le hago ni caso. Tiene que estar hasta las narices de mí.
Me pongo una blusa blanca y una falda rosa con flores del color de la camiseta. Bajo a todo correr seguida del chico fantasma, que me estaba esperando en la puerta del baño. Según me dice, son las nueve menos cinco y todos están acabando de desayunar.
-    ¡Buenos días!
Entro corriendo al comedor y saco la silla de debajo de la mesa. Me siento y…
-    ¡¡AAAAAAH!!
-    ¿Qué pasa? –todos se levantan a la vez para ver lo que ha ocurrido, excepto Álex e Isaac, que miran muertos de risa.
-    ¿Te ha aplastado? Pobrecita mía…
Mariam tiene cogida en brazos a Kira, causante del susto que me he llevado. Se ve que la gata estaba tumbada en la silla y como no miré antes de  sentarme…
-    ¿Qué es todo este follón? –vaya, ya ha vuelto el Codorniz.
-    Nada, que me he sentado encima de la gata. Lo siento, Kira. –me disculpo porque parece que es lo que espera Mariam, aunque mantengo las distancias. Los ojos de los gatos tienen algo que me da miedo.
El resto del desayuno transcurre en paz, ni siquiera Fernando, que hoy no está borracho, molesta demasiado. No sé si preguntarle dónde ha estado estos días, por si su familia le ha tenido hipnotizado, pero él mismo resuelve mis dudas.
-    Ay, hijos míos, qué bien me ha sentado el viaje. ¡Qué buenos sois! Enviarme de crucero os debe haber costado un dineral.
Su hija le sonríe y su hijo le dice que no ha sido nada. Después de eso, los dos se levantan y llevan sus tazones a la cocina. Alejandro y yo no tardamos en seguirles. Aunque no he acabado, el chico me mete prisa y me lleva a rastras a la cocina.
-    Andrea, hoy tendrás el honor de empezar con tu entrenamiento –dice Alejandro con voz de político-. A mi derecha tienes a la señorita Mariam González, la que será tu profesora de “magia”. A mi izquierda, el señor Samuel González, tu profesor de idiomas. En el centro, el “pagafantas” que se queda limpiando y atendiendo a los rumanos –pone cara de terror.
-    ¿QUÉ? Mariam, tú me dijiste que íbamos a limpiar la casa…
-    Es que la abuela acababa de entrar al baño, y como está tan cerca de tu cuarto no me fiaba de decir lo del entrenamiento. Venga, vamos, que no tenemos todo el día –se dirige a la puerta. Parece que la simpatía de anoche se ha desvanecido.
-    Pero… no podemos dejar a Álex solo.
-    No estará solo a no ser que quieras aprender idiomas mientras entrenas. Samuel estará con él.
Como veo que no podré librarme y voy a tener que tragarme el miedo (me he puesto muy nerviosa), sigo a Mariam hasta el exterior de la casa. Menos mal que es primavera, si no a estas horas nos congelaríamos en la calle.
La chica me guía a través de las choperas hasta el río, que seguimos en paralelo hasta llegar a un puente. Yo ya estoy empezando a cansarme, pero Mariam parece estar igual que cuando salimos de la casa. Se ve que está acostumbrada a caminar por estos terrenos tan irregulares.
Cruzamos un puente y creo que ya nos estamos internando en  territorios del pueblo vecino cuando llegamos a un claro cubierto de hierbajos verdes. Aquí nos detenemos.
-    Vale, creo que ya estamos lo suficientemente lejos de la casa. Ponte en frente de mí –sigo sus indicaciones-. Bien, así. No tiene mucha complicación, pero las primeras veces cuesta. Yo lo hago de otra forma, pero los de cada grupo lo hace de una forma. Los de la tierra del sur clavaban los pies en el suelo, hazlo.
Aprieto los pies contra el suelo hasta que no puedo más. Como siga así, echaré raíces.
-    Vale, ahora imagínate que frente a ti crece un árbol. Piénsalo. Deséalo con todas tus fuerzas.
Lo intento con los ojos cerrados, con los ojos abiertos, apretando las manos hasta hacerme daño, imaginando que me convierto en árbol, pero no consigo nada.
-    Mariam, no hay manera. ¿Estás segura de que se hace así?
-    Supongo… yo imagino que duermo, Álex un reloj, los del viento un tifón… Quizás deberías imaginar una semilla. Yo que sé, tendríamos que habernos documentado más, pero ¿cómo?
-    Tranquila, lo voy a intentar otra vez.
Vuelvo a intentarlo, más que nada por no defraudar a Mariam, pero obtengo los mismos resultados que antes. Quizás al fin y al cabo no he heredado los poderes de mi madre. Se lo digo a mi profesora.
-    Eso es imposible, se transmite a todos los hijos, aunque al final siempre uno acaba más dotado que otro… pero ninguno queda sin poder. Todo esto es culpa de tu madre, que renegaba de los poderes de los dioses. Decía que era mejor dejar que la naturaleza siguiese su curso, pero si ya hay desastres estando nosotros, dime tú si no existiéramos. Si no hubiese renegado y te hubiese explicado cómo se hace desde chiquita, ahora no estaríamos aquí paradas haciendo el tonto. Vieja loca…
Los insultos de Mariam me llegan muy hondo. No me enfado fácilmente, pero que alguien se meta con mi familia, después de lo que están sufriendo, no lo puedo soportar.
-    ¡No vuelvas a meterte con mi madre!
-    ¿Y qué vas a hacer para remediarlo? ¿Pegarme?
Y, sin pensarlo mucho, me tiro encima de la chica, que me esquiva con facilidad cayendo yo al suelo. En este momento, desearía saber utilizar mis poderes y que creciese un árbol debajo de sus…
De pronto, todo se queda negro.
---- EN EL CLARO, MIENTRAS TANTO----
Una chica tumbada en el suelo, claramente inconsciente. Otra, que la mira con estupor junto a una gata. Y bajo ellas tres, un suelo cubierto de flores.
La chica que está despierta, murmura “ha funcionado, que lista soy”.



 Andrea, desmayada en el campo de flores


-----------Nota de Andrea Xie-------------------
Hola a todos!!
       
 Que cansancio... 

Sabéis una cosa? 

NO DIMITO, intentaré hacer los dibujos el lunes y el 

martes.

Ahora no os pongáis tristes.

Espero que os guste este capítulo y el dibujo, las flores 

están fatal.

Ah!, y no olvidéis comentar. Gracias por el apoyo que 

siempre me dais.

         ---------Nota de Sofía Lima------------------
      Buenas, familia! Ya estamos aquí otra vez. 
Gracias a vuestra colaboración hemos conseguido que Andrea no dimita, así que mañana subiré el capítulo 17, tal y como prometí. Sin vosotros seguro que no habría podido convencerla, os merecéis un monumento xD
      No me voy a enrollar más, solo os digo lo típico de que comentéis y paséis la historia a vuestros amigos.
Muchas gracias otra vez. Que paséis un buen fin de semana :)

2 comentarios:

  1. Buah, como mola lo de los poderes...*________________*
    Me alegro de que Andrea no dimitiera y el dibujo está genial pero bueno...xD
    Buah, capítulos, capítulo, capítulo (8)
    ¡Un besazo!

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    Respuestas
    1. Me alegro de q te haya gustado ^^
      Ahora mismo voy a subir el 17

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