martes, 13 de marzo de 2012

Capítulo 21

No tuve tiempo para preguntar al chico fantasma por sus inquietantes palabras, porque la gente del pueblo empezó a acercarse a nosotros ofreciéndonos pasar la noche en sus casas. Estuvimos rechazando las invitaciones y después fuimos al banco a sacar dinero. Al menos, Samuel se había molestado en sacar la cartilla y no tendremos que ponernos a mendigar.
Cuando sacamos el dinero, aún en estado de shock, nos dirigimos todos hasta el lugar en el que estamos ahora: el Hotel Real. Aquí es donde se estaba alojando la familia de Luz, que ahora mismo está hablando con Ángeles y Fernando.
Los demás estamos en la habitación de la chica todos juntos, aunque sin hacernos mucho caso entre nosotros. Mariam mira fijamente por la ventana, sumida en sus pensamientos. Samuel tiene la cara cubierta con las manos, así que ni sé si está llorando. Álex, muy serio está concentrado en algún punto de la pared de en frente. Stefania está tumbada bocabajo en la cama sin moverse ni un ápice. Isaac y yo estamos sentados en el suelo juntos, he estado llorando hasta hace cinco minutos. Y la pequeña Luz nos mira a todos por turnos sin saber qué hacer.
-    ¿Alguien quiere algo de comer? –pregunta en voz baja.
Todos decimos que no, excepto Mariam que pide que le traiga dos o tres limones. Luz la mira extrañada, pero la obedece sin rechistar y sale de la habitación. ¿Para qué querrá los limones? 
Se acerca hasta donde yo estoy y se sienta a mi lado sin más.
-    ¿Crees que se habrá muerto del susto? Todos nos movemos, pero ella… -señala a Stefania con un gesto
-    Se le han muerto los padres, Mariam… es normal que esté así de parada.
-    Pues por eso mismo debería estar moviéndose. Esto claramente es obra de los Hirsizlar, tendría que ayudarnos a hacer planes para vengar a su familia, ¿no?
-    Todos están igual de quietos que ella. Tú, yo y Luz somos las únicas que hemos dado señales de vida.
-     Samuel se ha dormido y Álex está demasiado ocupado, está reconociendo la zona del accidente –al ver mi cara de no entender nada, empieza a explicarme:- Puede hacer viajes metales en el tiempo, ahora mismo lo único que hay aquí es su cuerpo, su alma está en la casa.
Justo cuando Mariam termina de hablar la puerta de la habitación se abre y entra Luz cargada de bandejas con comida. Nos da una a cada uno aunque le dijimos que no teníamos hambre. En la de la diosa del sueño, a parte de la ensalada y el filete hay un par de limones.
-    Gracias por la comida, Luz –aunque no pedí la comida, siento que debo agradecerle a la chica lo atenta que está siendo con nosotros.
-    Eso, eso… Bueno, Andrea, coge un limón. Se acabó el estar tumbada con cara de vinagre –me lanza uno que ha partido con sus propias manos y se acerca a Stefania.
-    ¿Qué vas a…?
Antes de que me de tiempo a preguntar empieza a echarle limón por encima a la chica, comportamiento que imita Luz con la fruta que acaba de arrebatarme.
-    ¡Venga, venga, no te  duermas! Ya nos hemos cansado de verte con esa cara de vegetal, ponte de pie y a comer.
Stefania empieza a gritar algo en turco que me alegro de no comprender, porque suena a maldición. Las otras dos chicas se ríen y Samuel, recién despierto, las mira con cara de susto.
La rumana coge muy digna su bandeja y se vuelve de espaldas a Mariam y Luz. Sospecho que la convivencia va a ser un infierno, porque ni las otras dos dejan de reír ni ella de maldecir. Cuando creo que se les va a tirar encima, entran Ángeles y Jean en la habitación. Todos les miramos atentamente excepto Isaac y Alejandro, que aún sigue ausente.
-    Ya está decidido lo que vamos a hacer –anuncia la mujer-. Lo primero que os quiero decir es que nos haremos cargo de Stefania y que se vendrá a vivir con nosotros –cara de asco por parte de Mariam-. Lo segundo es que nos trasladaremos a la antigua casa de Alejandro mientras reconstruyen nuestra vivienda.
La abuela se calla y la habitación permanece en silencio unos segundos. Parece una buena noticia, no tendremos que quedarnos en la calle, pero Samuel y su hermana empiezan a hablar muy rápido a la vez con tono de reproche.
-    A ver, a ver, chicos… -intenta tranquilizarlos Jean- ¿Qué es lo que pasa? No os entendemos…
-    ¿Qué es todo este follón? –pregunta Álex, que acaba de volver de su viaje mental.
-    ¡¡La loca ésta!! ¡¡Que quiere que nos metamos en tu casa!! –grita Mariam
-    A ti no te importa, ¿verdad? –le pregunta tranquilamente la abuela.
-    ¿Cómo no le va a importar? Se coherente, abuela, él ha sufrido mucho en esa casa… -Samuel intenta razonar con ella y yo sigo sin enterarme de nada.
-    Yo… yo no quiero volver allí… -Alex está pálido y tiene cara de susto.
-    Hijo, lo que no puede hacer esta gente es quedarse sin un techo por algo que pasó hace tanto tiempo –interviene la madre de Luz, que acaba de entrar en la habitación.
Isaac, que con todo el estruendo ha salido de sus pensamientos, parece igual de desconcertado que yo. Le pregunto qué está ocurriendo, pero no puede contestarme. Al parecer no sabe mucho sobre el pasado de Alejandro.
La discusión dura un rato más, concretamente hasta que Ángeles se enfada y empieza a dar gritos. Se acerca al chico y le quita un colgante que llevaba oculto bajo la camisa. Es una cadenita metálica de la que cuelga una llave que probablemente sea la de la antigua casa de Álex.
-    ¡Bastantes años llevas ya en mi casa por la cara! ¡Ahora haz algo por nosotros, joder!
Dicho esto se va sin despedirse ni indicarnos cuándo nos iremos a la nueva casa. Tengo muchas preguntas que hacer, pero creo que no es el mejor momento. Alejandro se ve muy triste y los gemelos están rojos de ira. Luz y Stefania parecen muy asustadas y aun así, no creo que pueda sacar mucha información de ellas.
Me ofrezco a llevar la comida, ya fría, al comedor del hotel para poder así escapar un momento de aquel ambiente tan lúgubre.
Cuando vuelvo a la habitación encuentro allí a Fernando que está anunciando la hora de nuestra partida:
Ahora mismo. Sin preparativos, sin dejarnos despedirnos del pueblo y sin dejarnos hacernos a la idea de que hemos perdido nuestra casa. Sin nada, todo se lo llevó el fuego.
Lo único que nos queda es una casa a dos horas de aquí en tren que no parece agradarle a nadie. Al menos espero que allí podamos estar en paz.
Las chicas comiendo (disculpad la mala calidad de la foto, daba demasiado el sol)

--------Nota de Sofía Lima----------------
Buenas tardes, gentecilla! Volvemos a vernos, como cada martes. Es una de las partes de mi rutina que más me gustan.
Estoy intentando ponerme al día con los capítulos, pero solo tengo tres de reserva...  Aunque podéis estar tranquilos, eso no os afectará. Solo os lo cuento por que hoy no sé qué poner.
No os cuentos más chorradas, pasad una buena semana y suerte con los exámenes.

------------------Nota de Andrea Xie-------
Hola a todos!!!
Cuánto tiempo!
Hoy es el peor dia, me han ocurrido muchas cosas malas.
Espero que os guste el capitulo + el dibujo y no olvidéis comentar.
Hasta el viernes, ciao!!! 
(De parte de Sofía: ¡Qué quejica es esta dibujante...! :P)

2 comentarios:

  1. Está muy bien, como siempre ;) Son bastante divertidos estos capítulos jajaja
    Bueno,suerte a ti también. Comentaría más pero estoy cansada y tengo que terminar unos ejercicios u.u
    Que asco estas dos semanas... Todo son exámenes T_T Bueno, corto ya.

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    1. Ay, de verdad, que agobio de exámenes ¬¬
      Me alegro de que te estén pareciendo divertidos, a mí me encantó "aliñar" a Stefania xD

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