martes, 13 de marzo de 2012

Capítulo 21

No tuve tiempo para preguntar al chico fantasma por sus inquietantes palabras, porque la gente del pueblo empezó a acercarse a nosotros ofreciéndonos pasar la noche en sus casas. Estuvimos rechazando las invitaciones y después fuimos al banco a sacar dinero. Al menos, Samuel se había molestado en sacar la cartilla y no tendremos que ponernos a mendigar.
Cuando sacamos el dinero, aún en estado de shock, nos dirigimos todos hasta el lugar en el que estamos ahora: el Hotel Real. Aquí es donde se estaba alojando la familia de Luz, que ahora mismo está hablando con Ángeles y Fernando.
Los demás estamos en la habitación de la chica todos juntos, aunque sin hacernos mucho caso entre nosotros. Mariam mira fijamente por la ventana, sumida en sus pensamientos. Samuel tiene la cara cubierta con las manos, así que ni sé si está llorando. Álex, muy serio está concentrado en algún punto de la pared de en frente. Stefania está tumbada bocabajo en la cama sin moverse ni un ápice. Isaac y yo estamos sentados en el suelo juntos, he estado llorando hasta hace cinco minutos. Y la pequeña Luz nos mira a todos por turnos sin saber qué hacer.
-    ¿Alguien quiere algo de comer? –pregunta en voz baja.
Todos decimos que no, excepto Mariam que pide que le traiga dos o tres limones. Luz la mira extrañada, pero la obedece sin rechistar y sale de la habitación. ¿Para qué querrá los limones? 
Se acerca hasta donde yo estoy y se sienta a mi lado sin más.
-    ¿Crees que se habrá muerto del susto? Todos nos movemos, pero ella… -señala a Stefania con un gesto
-    Se le han muerto los padres, Mariam… es normal que esté así de parada.
-    Pues por eso mismo debería estar moviéndose. Esto claramente es obra de los Hirsizlar, tendría que ayudarnos a hacer planes para vengar a su familia, ¿no?
-    Todos están igual de quietos que ella. Tú, yo y Luz somos las únicas que hemos dado señales de vida.
-     Samuel se ha dormido y Álex está demasiado ocupado, está reconociendo la zona del accidente –al ver mi cara de no entender nada, empieza a explicarme:- Puede hacer viajes metales en el tiempo, ahora mismo lo único que hay aquí es su cuerpo, su alma está en la casa.
Justo cuando Mariam termina de hablar la puerta de la habitación se abre y entra Luz cargada de bandejas con comida. Nos da una a cada uno aunque le dijimos que no teníamos hambre. En la de la diosa del sueño, a parte de la ensalada y el filete hay un par de limones.
-    Gracias por la comida, Luz –aunque no pedí la comida, siento que debo agradecerle a la chica lo atenta que está siendo con nosotros.
-    Eso, eso… Bueno, Andrea, coge un limón. Se acabó el estar tumbada con cara de vinagre –me lanza uno que ha partido con sus propias manos y se acerca a Stefania.
-    ¿Qué vas a…?
Antes de que me de tiempo a preguntar empieza a echarle limón por encima a la chica, comportamiento que imita Luz con la fruta que acaba de arrebatarme.
-    ¡Venga, venga, no te  duermas! Ya nos hemos cansado de verte con esa cara de vegetal, ponte de pie y a comer.
Stefania empieza a gritar algo en turco que me alegro de no comprender, porque suena a maldición. Las otras dos chicas se ríen y Samuel, recién despierto, las mira con cara de susto.
La rumana coge muy digna su bandeja y se vuelve de espaldas a Mariam y Luz. Sospecho que la convivencia va a ser un infierno, porque ni las otras dos dejan de reír ni ella de maldecir. Cuando creo que se les va a tirar encima, entran Ángeles y Jean en la habitación. Todos les miramos atentamente excepto Isaac y Alejandro, que aún sigue ausente.
-    Ya está decidido lo que vamos a hacer –anuncia la mujer-. Lo primero que os quiero decir es que nos haremos cargo de Stefania y que se vendrá a vivir con nosotros –cara de asco por parte de Mariam-. Lo segundo es que nos trasladaremos a la antigua casa de Alejandro mientras reconstruyen nuestra vivienda.
La abuela se calla y la habitación permanece en silencio unos segundos. Parece una buena noticia, no tendremos que quedarnos en la calle, pero Samuel y su hermana empiezan a hablar muy rápido a la vez con tono de reproche.
-    A ver, a ver, chicos… -intenta tranquilizarlos Jean- ¿Qué es lo que pasa? No os entendemos…
-    ¿Qué es todo este follón? –pregunta Álex, que acaba de volver de su viaje mental.
-    ¡¡La loca ésta!! ¡¡Que quiere que nos metamos en tu casa!! –grita Mariam
-    A ti no te importa, ¿verdad? –le pregunta tranquilamente la abuela.
-    ¿Cómo no le va a importar? Se coherente, abuela, él ha sufrido mucho en esa casa… -Samuel intenta razonar con ella y yo sigo sin enterarme de nada.
-    Yo… yo no quiero volver allí… -Alex está pálido y tiene cara de susto.
-    Hijo, lo que no puede hacer esta gente es quedarse sin un techo por algo que pasó hace tanto tiempo –interviene la madre de Luz, que acaba de entrar en la habitación.
Isaac, que con todo el estruendo ha salido de sus pensamientos, parece igual de desconcertado que yo. Le pregunto qué está ocurriendo, pero no puede contestarme. Al parecer no sabe mucho sobre el pasado de Alejandro.
La discusión dura un rato más, concretamente hasta que Ángeles se enfada y empieza a dar gritos. Se acerca al chico y le quita un colgante que llevaba oculto bajo la camisa. Es una cadenita metálica de la que cuelga una llave que probablemente sea la de la antigua casa de Álex.
-    ¡Bastantes años llevas ya en mi casa por la cara! ¡Ahora haz algo por nosotros, joder!
Dicho esto se va sin despedirse ni indicarnos cuándo nos iremos a la nueva casa. Tengo muchas preguntas que hacer, pero creo que no es el mejor momento. Alejandro se ve muy triste y los gemelos están rojos de ira. Luz y Stefania parecen muy asustadas y aun así, no creo que pueda sacar mucha información de ellas.
Me ofrezco a llevar la comida, ya fría, al comedor del hotel para poder así escapar un momento de aquel ambiente tan lúgubre.
Cuando vuelvo a la habitación encuentro allí a Fernando que está anunciando la hora de nuestra partida:
Ahora mismo. Sin preparativos, sin dejarnos despedirnos del pueblo y sin dejarnos hacernos a la idea de que hemos perdido nuestra casa. Sin nada, todo se lo llevó el fuego.
Lo único que nos queda es una casa a dos horas de aquí en tren que no parece agradarle a nadie. Al menos espero que allí podamos estar en paz.
Las chicas comiendo (disculpad la mala calidad de la foto, daba demasiado el sol)

--------Nota de Sofía Lima----------------
Buenas tardes, gentecilla! Volvemos a vernos, como cada martes. Es una de las partes de mi rutina que más me gustan.
Estoy intentando ponerme al día con los capítulos, pero solo tengo tres de reserva...  Aunque podéis estar tranquilos, eso no os afectará. Solo os lo cuento por que hoy no sé qué poner.
No os cuentos más chorradas, pasad una buena semana y suerte con los exámenes.

------------------Nota de Andrea Xie-------
Hola a todos!!!
Cuánto tiempo!
Hoy es el peor dia, me han ocurrido muchas cosas malas.
Espero que os guste el capitulo + el dibujo y no olvidéis comentar.
Hasta el viernes, ciao!!! 
(De parte de Sofía: ¡Qué quejica es esta dibujante...! :P)

viernes, 9 de marzo de 2012

Capítulo 20

Todos salimos de la casa corriendo, Mariam y yo ayudando a la abuela a salir a tiempo. Las llamas no provienen de la cocina, como yo había imaginado, sino del trastero. No me explico cómo se ha podido prender fuego ahí, nunca entra nadie, pero está claro que la mecha han sido los muebles rotos que había allí acumulados.
-    ¿Estamos todos? –pregunta Samuel cuando salimos. Él parece haber tomado el mando de la situación
Nos miramos los unos a los otros, yo incluso me molesto en comprobar si está Kira. No reparo en que faltan dos personas hasta que veo a Stefania corriendo hacia la casa. Las llamas ya empiezan a asomar por la puerta, pero ella parece decidida a entrar.
Mariam sale corriendo en pos de la chica, seguida poco después por Alejandro, que va haciendo unas cosas muy raras con las manos. No tardo en darme cuenta de que es algún tipo de hechizo, porque todo parece ocurrir lentamente. La joven diosa del sueño consigue alcanzar a la rumana, que en cuanto es tocada por ella cae desplomada en el suelo.
-    Se han quedado dentro… -murmura Isaac a mi lado.
-    ¿Tú no puedes entrar? Las llamas no te harían nada…
-    Aunque no me queme, ellos no podrán verme. No servirá para nada.
-    Hey, Andrea, ¿se puede saber qué haces ahí quieta? Vamos a quemar el pueblo entero si no apagamos la casa. ¡Corre a buscar ayuda!
Asiento y pido disculpas a la nerviosa Mariam, que corre junto al resto de los chicos en dirección al río. Me pregunto cómo piensan traer el agua hasta aquí, pero me recuerdo a mí misma que no hay tiempo para tonterías. Si llego a tiempo, quizás aún podamos salvar a los rumanos.
Salgo corriendo por el camino lleno de baches seguida por Isaac. No me creía capaz de correr tanto, supongo que es por la responsabilidad de tener la vida de dos personas en mis manos. Lo que no sé es lo que voy a hacer cuando llegue al pueblo. ¿Me pongo a gritar?
-    Claro, grita y ya irá la gente. Después vamos al ayuntamiento a ver si la policía puede hacer algo.
No me molesto en contestar al chico fantasma, no puedo desconcentrarme de la carrera o me caeré y perderé tiempo. Ahora en mi mente solo puede haber tres palabras: SALVAR CASA MORFEO.
No habrán pasado más de cinco minutos cuando llego agotada al centro del pueblo. Cómo no, hay un montón de gente junto a las fuentes y entrando y saliendo de las tiendas.
-    ¡¡¡Socorro, socorro!!! ¡¡¡La casa de Fernando el Codorniz se quema!!! ¡¡¡Necesitamos ayuda, por favor!!!
La gente me mira asustada por el escándalo que estoy montando, pero no tardan en dirigirse a la casa. Algunos llevan cubos que han llenado de agua en las fuentes. Con el alboroto, no tardan en salir un par de agentes de policía del ayuntamiento. Por ahora estoy cumpliendo bien mi misión.
-    ¿Qué es lo que está pasando, niña? ¿Por qué gritas tanto? –pregunta uno gordo y bigotudo.
-    Se quema… -ya no tengo fuerzas para gritar- La casa de Fernando el Codorniz se quema, agente…
El hombre mira a su acompañante y vuelven a entrar los dos corriendo. Poco después, un montón de agentes de policía salen del ayuntamiento cargados con una especie de sulfatadoras gigantes.
Me apoyo en una pared para intentar recuperar el aliento. De tanto correr, gritar, y ahora, llorar, me falta el aire. Se acerca a mí la dueña de la carnicería con un vaso de agua. Tiene cara de consternación.
-    Andrea, pobrecita mía… ¿Están todos bien? –me da el vaso y me acaricia un brazo mientras bebo.
-    Han salido todos excepto dos amigos de Ángeles.  Estaban en el piso de arriba… -arranco a llorar otra vez. La mujer me abraza.
-    Tranquila, hija, tranquila… Todavía hay esperanza, han ido muchos agentes, y a lo mejor esa gente ha conseguido salir por alguna ventana…
Me quito las lágrimas de la cara y le doy las gracias a la señora. Lleno otro par de veces el vaso en la fuente, me lavo la cara y me vuelvo a ir. Espero que lo hayan apagado ya… de lo contrario, ya no habrá esperanza para esa familia. Y, a parte de eso… ¿dónde vamos a vivir a partir de ahora? A mí no me importa que se queden en la casa donde vivía antes, pero no cabremos todos. En mi casa hay tres habitaciones, un baño, un comedor, una cocina y la panadería, y en Casa Morfeo somos siete personas seguro, nueve si los padres de Stefania han sobrevivido.
Esta vez tardo más en recorrer el camino que hay entre el pueblo y Casa Morfeo, no tengo ánimos ni fuerzas para correr, aunque intento andar rápido. Me da miedo lo que pueda encontrarme allí… y no es para menos.
La antiguamente grandiosa casa está ahora hecha una pena.  El tejado de la parte más nueva de la casa se ha venido abajo, el gran ventanal del comedor está reventado, las paredes de la entrada están completamente carbonizadas… es una escena que nadie habría querido ver, aunque todo el pueblo mira con cara de amargura.
Delante de todo el mundo están los dueños de la casa. Ángeles y Samuel lloran desconsoladamente, y Mariam tiene la cara tapada con las manos mientras su padre le pasa un brazo por los hombros. Alejandro y Stefania están algo apartados. Ella ya se ha despertado, pero parece como si estuviera muerta. Mira la casa sin ninguna expresión en su rostro, su mente parece estar muy lejos.
Miro a Isaac, que también está muy afectado. Creo que los fantasmas no pueden llorar, pero si pudiera seguro que lo haría. Había estado en aquella casa vivo y muerto y ahora… el fuego se la había arrebatado. Se gira hacia mí y veo que sus ojos están llenos de odio. Claro, en parte es culpa mía por no haber corrido más…
-    Lo siento mucho, Isaac… si hubiese corrido más… Es todo culpa mía.
-    Andrea, esto no es culpa tuya. Han tenido que ser los Hirsizlar, seguro.

 Casa Morfeo ardiendo

----------------------Nota de Sofía Lima------------------
¡Ya estamos otra vez aquí! ¿Emocionante, eh? Que bien, dos capítulos por semana... me gusta mucho más este sistema, ya me he acostumbrado.
He subido una nueva encuesta, no olvidéis votar. Está donde siempre, a la derecha de la entrada.
A parte de eso, os quiero pedir que no os enfadéis por la mala calidad de la imagen, pero es que Andrea no sabe dibujar fuego y tu ve que hacerlo yo con el paint ¬¬"
Eso sí, está bastante trabajada, no me lo neguéis. Tuve que buscar una casa como la de la historia y hacer yo la foto (las de internet son todas muy parecidas)
Nada más, que seguro que ya estáis hart@s de mí.
Hasta luego, y no olvidéis comentar :D

---------------Nota de Andrea Xie--------------------------
Soy Sofía! Como no consigo ponerme en contacto con ella, subiré la nota más tarde... o no la subiré

martes, 6 de marzo de 2012

Capítulo 19

En vistas de la situación, decido acabar pronto aunque se ría de mí. Al menos, no tendré que ignorarla. Empiezo hablar muy lento y alto:
-    HO-LA, YO SOY AN-DRE-A
Fernando, que tampoco parece dominar el idioma, me imita.
-    BUE-NAS, YO SOY FER-NAN-DO
La chica nos mira con cara de pensar que estamos locos, y después se pone a reír. El Codorniz y yo la miramos desconcertados ¿Qué es tan gracioso? A lo mejor piensa que le hemos contado un chiste.
- Ay, perdón… -dice cuando consigue calmarse. Ahora resulta que habla español. Lo hizo a posta, seguro- No hablo mucho bien español… Pensé vosotros hablabais turco…
- Ya, ya, si se ve… ¡Mucho bien! –exclama Fernando. Aún está un poco borracho- Y te ha faltado un “que” entre “pensé” y “vosotros”
No parece enterarse muy bien de lo que el hombre le dice, cosa que es comprensible teniendo en cuenta que este no vocaliza y que eran frases un poco complejas.
-    Si nos disculpas…
Rodeo a la chica y subo las escaleras tirando de mi borracho acompañante. Parece mantenerse bien en pie, pero aun así le ayudo a subir. No quiero arriesgar a que se caiga y sea mi culpa. Le dejo en la puerta del cuarto de baño y entro en mi cuarto para tranquilizarme. El encuentro con la chica rumana, Stefania, me ha puesto muy nerviosa. Lo primero que hago es reprender a Isaac en voz baja:
-    ¿Por qué narices no me has ayudado? He quedado mal por tu culpa delante de la creída esa. Se ha reído de nosotros.
-    Hay que ver que manía le has cogido… pero razona un poco, Andrea. Si te ayudo a contestarle y luego va diciéndole a los otros que has hablado con ella en turco, ¿cómo lo habrías explicado?
La respuesta del chico me deja sin palabras. No había pensado en eso, en realidad hizo bien al no decirme cómo contestar. Pero, de todas formas, que Stefania se haya reído de mí nada más conocerme me ha llegado muy hondo. Encima de que está aquí por toda la cara…
-    Eh, Andrea, relájate, que te estoy escuchando. No creo que lo hiciese con mala intención, es que le hablaste como si fuera una niña chica, o retrasada, o algo… ¡Lo que pasa es que los celos son muy malos!
Se sienta a mi lado y empieza a hace como que me da golpecitos con un codo en las costillas. Parece que hoy todo el mundo se ríe de mí, que pesados.
-    Ay déjame en paz, Isaac, que pesado estás.
-    Oye, que tampoco es para ponerse así. Yo solo intentaba calmar un poco el ambiente.
-    Es que me pone muy nerviosa la confianza de esa chica. Me da la sensación de que ha venido a apropiarse de la casa. Mira, todo el mundo está pendiente de ella, y no digas que es por ser la nueva del grupo. Con Luz no hubo tanto jaleo.
-    Bah, imaginaciones tuyas. Mariam no le hace caso, y ya sabes que Samuel es un pelota. Respecto a Álex… se emociona con facilidad. Además, yo no estoy todo el rato pendiente de ella, estoy aquí contigo.
No sé por qué, las palabras del chico fantasma me emocionan mucho. Me he sentido muy sola en esta casa aunque no se me haya tratado mal. No sé lo que haría sin Isaac, de verdad que no. Aunque intento reprimirlo, una lágrima se escurre por mi mejilla. Me la seco con la mano esperando que él se dé cuenta, pero reacciono tarde.
-    Ay, no me digas que te has emocionado y todo –ríe-. Eres muy sensible, ¿eh? Anda, vamos abajo, que ya debe ser la hora de comer y Mariam se va a enfadar contigo.
Asiento, respiro hondo y enfilo el pasillo hacia las escaleras. Al parecer, la sexta habitación por la derecha es la de los padres de Stefania, porque se oye a dos personas conversar en un idioma que no es español. Hay que ver lo grande que es esta casa, nunca dejaré de sorprenderme.
-    En realidad esta casa no era tan grande antes –vuelve a leer mis pensamientos Isaac-. La parte de tu cuarto, el baño, las tres habitaciones más cercanas, el trastero… lo construyeron cuando nacieron Samuel y Mariam. Ahora viene muy bien para alojar a las visitas o a los que vais llegando, como Álex y tú.
-    No soy capaz de imaginarme Casa Morfeo más pequeña, parece como si fuese así desde siempre. Aunque seguro que también era un buen lugar para vivir cuando era más pequeña.
-    Desde luego que lo era…
-    ¿Otra vez hablando sola? Estás muy mal, eh…
Mariam se acerca a mí con Kira en los brazos. ¿Le volverá a dar un ataque de simpatía?
Eso parece, porque empieza a hablarme sobre la paella que han preparado como si nunca me hubiese hablado cortantemente. Ella dirá que soy rara, pero tampoco se queda atrás.
La verdad es que disfruto de estos momentos de compañía humana. Aunque Isaac se puede considerar mi mejor amigo, supongo que también es bueno relacionarme con gente de carne y hueso.
Bajamos las escaleras lentamente y entramos al comedor. Allí ya están Ángeles, Fernando y Stefania.
-    Ya conoces a la nueva, ¿no? –me susurra Mariam, que se ha sentado a mi lado.
-    No sé, solo he hablado con ella una vez… -de pronto, me da un arrebato de sinceridad y decido contarle lo que opino de verdad- Pero se toma muchas confianzas para mi gusto.
-    Sí, por una vez estoy de acuerdo contigo. No me fío mucho de ella, si hacemos planes o algo tú mantenla apartada. Quiero conocerla mejor antes de incluirla al cien por cien en el gru…
De repente, la puerta se abre con mucha fuera y se estampa contra la pared. Todos nos quedamos en silencio, mirando a Samuel y Alejandro, que acaban de entrar.
-¿Qué…?
- ¡No hay tiempo para preguntas! ¡Todos fuera, que se quema la casa!


Andrea e Isaac

-----------Nota de Sofía Lima--------------
Ay, cuanto tiempo! Ya os echaba de menos. Voy a empezar por lo bueno, que quiero celebrarlo con vosotros.
Como ya tengo 33 dibujos hechos y me quedan muchas semanas, volveremos a la rutina de 2 capítulos. Siento haber montado lo que monté la semana pasada, pero es que me pongo nerviosa muy fácilmente. Pasé todo el fin de semana dibujando, se supone que debe darme tiempo.

A parte de eso, solo me queda soltar el típico rollo de que comentéis, corrijáis y todas esas cosas que decimos l@s escritor@s.
Nada más, pasad una buena semana y nos vemos el viernes! :D

-----------------------Nota de Andrea Xie-------------------
Hola a todos!!!
Cuánto tiempo sin veros. En estas semanas tengo un montón de examenes, y vosotros?
Quiero que lleguen ya las vacaciones de semana santa, pero no quiero que me den las notas.
Me voy a volver loca con tantos exámenes.
Espero que os gusten el capitulo y el dib
ujo.
No tengo nada mas que decir, solo que no olvidéis comentar. Siempre lo digo. Cuantas veces lo he dicho?

miércoles, 29 de febrero de 2012

Capítulo 18

A la una y media me arreglo para bajar al comedor. Estoy un poco despeinada y me he manchado mucho en el bosque.
Ya me encuentro mejor, pero estoy algo nerviosa. Si los rumanos están comiendo con nosotros, puede que hablen de algo importante y yo no me enteraré de nada. Tendría que haber aprendido al menos algún saludo y haber aprendido sus nombres, pero no he tenido tiempo. Así se lo cuento a Isaac, que apareció un rato después soplándole a una flor para arrastrarla hasta mí. Al parecer, es una de las que he creado con mis poderes. Lo ha tenido que pasar mal para subirla por las escaleras.
-    Ah, no debes preocuparte por eso. Ya escuchaste a Mariam, ella no piensa dejar de hablar en español. Y, si quieres, yo te traduciré lo que dicen.
-    ¿Tú sabes hablar su idioma?
-    Claro, yo también soy un dios, ¿lo recuerdas? Además, hablan en turco y yo estuve una temporada viviendo en Turquía. Allí conocí a los dioses del sueño.
-    ¿Turco? ¿Y por qué ese idioma tan rebuscado? –le pregunto mientras me desenredo el pelo.
-    No sé, supongo que es porque tienen en Turquía el cuartel general. La verdad es que no tengo mucha idea de historia, pero el idioma lo manejo bastante bien.
Animada por la ayuda de Isaac y sabiendo que contaré con la rebeldía de Mariam como elemento a mi favor, bajo por las escaleras tranquilamente. Aún no conozco a los rumanos, así que si voy corriendo les daré una mala impresión. Mejor tener cuidado con los modales.
Antes de entrar al comedor decido pasarme por la cocina para ver si necesitan ayuda para llevar la comida. Aquí están Samuel, Ángeles, Mariam y la gata. Parece que estaban discutiendo, pero cuando he entrado han parado.
-   Ah, Andrea, menos mal –la chica se acerca a mí- ¿A que tú prefieres que hable en español para poder entender a alguien?
Me encuentro entre la espada y la pared, porque parece que Samuel y Ángeles intentaban convencerla para que hablase en el idioma de la mayoría.
-    No sé, haz lo que quieras… -en el último momento, decido echarle una mano por haberme ayudado a entrenar-. Pero la verdad es que me vendría bien poder entender a alguien.
-    Os habéis puesto todos en contra mía, ¿verdad? Ay, señor… -Ángeles se va con cara de víctima.
-    Gracias, gracias de verdad –me dice Mariam cuando la abuela cierra la puerta. Después, se acerca un poco y me murmura al oído- En realidad, en turco solo se saludar y decir palabrotas.
Se vuelve a acercar a los fogones mientras yo me río y Samuel remueve el contenido de una olla con cara de pensar que estamos locas. Por debajo del olor ácido de los limones que hay encima de la mesa, se distingue el salado de una sopa de carne. Hay que ver qué bien se vive en Casa Morfeo.
-    ¿Necesitáis que os ayude?
-    No, por ahora no, pero muchas gracias –me responde Samuel.
-    Bueno, hay una cosa que podrías hacer –dice Mariam-. Creemos que papá está en el bar Castilla, ¿podrías ir a buscarle?     No me fío de mandar a Álex, seguro que acabaría bebiendo con él. Además, está terminando nuestros negocios con la rumana, vamos a intentar que se una a nosotros.
-    Sí, ahora mismo voy.
Salgo de la casa seguida de Isaac, compañía que agradezco. Creo que necesito quejarme un poco, y quejarse sin alguien que te escuche… es de locos.
-    ¿Qué tendrá la rumana para que siempre estén todos pegados a ella?
-    ¿Todos? Que yo sepa, el único que le habla es Álex… Huy, ¡no me digas que te estás poniendo celosa! –empieza a dar vueltas a mi alrededor mientras trato de avanzar por el camino de tierra.
-    ¿Qué envidia ni qué niño muerto? Es que no me gusta la confianza que se toma con los chicos, parece que está en su casa…
-    Pareces Mariam –ríe-. Están intentando reclutar gente, eso es todo. Álex es el que mejor cae a la gente joven, supongo que por eso lo mandan con ella.
-    ¿Otra vez con Álex? No te pongas pesado, solo pienso que es un poco descarada.
-    Anda, deja de opinar sin conocerla, a lo mejor incluso te cae bien. Veo que te la imaginas prepotente, rubia, alta y con los ojos azules. Lo de la prepotencia no lo sé, pero la gente de los países del este no suele ser como tú la imaginas físicamente.
Al final opto por dejar de hablar, en parte porque sé que el chico fantasma tiene razón. Me estoy poniendo nerviosa por nada, además, Álex es mi amigo. Estoy demostrando que soy una envidiosa.
Cuando llegamos al bar, tengo que sacar a Fernando de allí a rastras. Vuelve a estar borracho, así que le paro junto a la fuente de la plaza principal y le echo agua en la cara. Al menos el tener que estar pendiente de él tendrá mi mente distraída un rato.
Le llevo cogido por el brazo todo el camino hasta Casa Morfeo. Varias veces está a punto de caer y arrastrarme a mí también. Cuando llegamos a la casa, casi siento alivio.
Bueno, eso hasta que abro la puerta y me encuentro de narices con la chica rumana y empieza a hablarme en turco. Aunque Isaac traduce sus palabras como una presentación educada, no consigo que me caiga bien. De hecho, le tengo aún más manía por haberme dejado en ridículo. ¿Cómo se supone que voy a contestarle si no sé hablar su idioma?
Stefania, la hija de los rumanos


----------------Nota de Sofía Lima------------------
Hola, gentecilla. Tengo que daros una mala noticia, espero que me perdonéis. Como mi profesor de dibujo está loco, nos ha mandado hacer 40 láminas en lo que queda de trimestre. Por ahora llevo 20, pero queda muy poco tiempo. Estaré una o dos semanas subiendo solo un capítulo a no ser que los demás profesores dejen de mandarnos tantísimos deberes. De verdad que lo siento.
A pesar de todo estaré en tuenti para que podáis quejaros, amenzarme, etc. Espero que lo comprendáis. Intentaré hacer algún capítulo el jueves si no tengo mucha tarea. 
PD: Siento haberme retrasado con este capítulo.

-------------------Nota de Andrea Xie----------
Hola a todos!!!
Qué habeis echo en este puente/ fin de semana?
Yo he hecho un monton de cosas ^^
Sofía dice que va a poner un capitulo por semana hasta que termine unos deberes de plástica pero... yo no quiero. Comentad y opinad si quereis un capitulo por semana o dos.
Espero que os guste el capitulo :)


PD: ¿Conocéis a alguna matemática famosa andaluza?

sábado, 25 de febrero de 2012

Capítulo 17

Toda da vueltas… que mareo… ¿por qué me encuentro tan mal? Me acabo de despertar en mi cuarto, pero no tengo ni idea de cómo he llegado aquí. Estoy muy confusa. He llamado a Isaac, pero parece que no está por aquí y yo no me siento capaz de levantarme. Intento organizar mi mente, pero lo último que recuerdo es que estaba con Mariam discutiendo en el claro del bosque… Ah, me tiré a pegarle. Seguro que caí y me golpeé la cabeza, eso explicaría mi mareo.
      Se abre la puerta de la habitación, pero no puedo ver quién ha sido. Solo por las voces, reconozco que son Alejandro y Samuel.
-    Espero que se despierte antes de la cena, no conviene que la abuela empiece a hacer preguntas… Anda, mira, ¡si ya está despierta! –exclama Samuel.
-    ¡Ja! Gano yo la apuesta, ¡no se había muerto!
-    ¿Con quién has apostado eso? Mira que eres…
-    ¿Qué ha pasado? –interrumpo su conversación.
-    ¿No te acuerdas de nada?
-    No, pero me duele mucho la cabeza. ¿Me he caído?
El hermano de Mariam moja una toalla en una zafa con agua que hay en mi mesita de noche y me la pone en la frente. Aunque no tengo fiebre, el agua fría me alivia un poco el dolor de cabeza.
-    Yo me bajo a la cocina, que mi hermana me va a matar si me retraso. Que te explique Álex, que ha tirado media vajilla y tiene prohibido entrar a la cocina.
-    ¿Me lo vas a estar echando en cara muchos años más?
El otro chico se va sin contestarle. Álex, murmurando algo de que en esa familia ninguno tiene paciencia, coge una silla que hay junto a la ventana. Supongo que la habrán traído ellos, porque antes no había ninguna silla.
-    Menudo pollo hemos montado. Si Mariam me hubiera dejado entrenarte…
-    ¿Me puedes explicar de una vez lo que ha pasado? No paráis de darle vueltas y nunca me explicáis nada.
-    ¿En serio no te acuerdas? Te peleaste con Mariam, ¿hasta ahí llegas?
-    Sí, y después me caí al suelo. Pero ya no recuerdo nada más, solo que aparecí aquí con mucho dolor de cabeza.
-    Pues… No sé cómo decírtelo… Caíste encima de Kira y la aplastaste. Por eso Mariam está de tan mal humor.
-    ¡¡¡Qué dices!!! –doy un salto y me quedo sentada mirando a Álex.
No puedo haberme cargado a la gata. Mariam la apreciaba tanto… No me lo va a perdonar nunca. Y la pobre Kira nunca me ha hecho nada malo, no merecía un final tan triste. Me pongo a llorar con la cara entre las manos.
-    Huy, me he pasado. Andrea, Andrea… -el chico empieza a darme golpecitos en el hombro- Andrea, escúchame, por favor.
Como no le hago caso, porque no tengo ganas de escuchar lo típico de “no fue culpa tuya”, acaba por sentarse a mi lado y pasarme un brazo por los hombros.
-    Oye, Andrea, que era coña… Kira está perfectamente. Solo un poco asustada por lo que pasó, pero viva y sin ningún daño físico.
-    ¡¡He dejado tonta a la gata!!
-    ¡Que no! Para de llorar, que no caíste encima suya. Me lo he inventado para hacerte una broma. Kira está perfectamente.
-    ¿En… en serio? –levanto la cabeza de las rodillas.
-    Que sí, lo único que te “cargaste” entre comillas es el claro.-    ¡No me digas que lo hice arder!
-    Bah, que pesimista eres… ve, lávate la cara y ahora te cuento. ¿Necesitas que te acompañe? –me pregunta al ver que camino con dificultad.
Niego con la cabeza y salgo de mi cuarto. Siento mucha curiosidad por lo que ha ocurrido en el claro, pero también sé que necesito despejarme. El susto con la broma de Kira y el mareo me han dejado un poco… atontada. Tomo nota mental de que tengo que regañarle a Álex por la broma pesada mientras me lavo la cara.
Cuando salgo del baño, como para tranquilizarme, Kira sale del cuarto de Mariam andando tranquilamente con la cola hacia arriba. No parece haber sufrido un aplastamiento.
Ya en mi habitación, me siento en la cama frente a Alejandro, esperando que me cuente lo que ocurrió en el claro.
-    Pues, contestando a tu pregunta de antes, no, no quemaste el claro. Pero sí es verdad que conseguiste utilizar tus poderes… aunque no de forma consciente. La furia te hizo sacar todo tu odio… en forma del ataque más cursi que he visto nunca –se echa a reír si darse cuenta de que no comprendo nada.
Al ver mi cara de extrañeza, se apresura a contener la risa y a explicarme todo con más claridad.
-    Yo no lo llamaría ataque, la verdad. Cubriste todo el suelo de florecillas rosas. Yo lo llamo el ataque cursi, como ya he dicho antes. Aunque no sirva de mucho, es un progreso.
-    Entonces… ¿ya sé usar mis poderes?
-    Más o menos, pero como no lo hiciste conscientemente, tendremos que esperar al próximo entrenamiento para verlo. A mi al principio me salía solo cuando me reía y mira qué bien se me da ahora manejar el tiempo –hace con las manos una imitación de las agujas de un reloj.
-    Nunca te he visto usar tus poderes.
-    Ah, es verdad, no te lo he contado. ¿Recuerdas el día que nos conocimos? Te mareaste en la clase. Yo llegaba tarde y pare un momentito el tiempo del aula. Nada exagerado, solo unos segundos. 
-     ¿También puedes hacer eso? Los chicos me dijeron que podías viajar en el tiempo.
-    Puedo hacer muchas cosas, alguna vez te llevaré conmigo en mis viajes.
-    Oye, cambiando de tema… ¿os ha visto alguien subirme hasta aquí? Espero que no nos pillen por mi culpa…
-    Nos vio la niña de los rumanos, pero no te preocupes. Mariam ha estado “negociando” con ella. Ya tenemos un nuevo miembro para nuestro equipo. Es muy simpática, te llevarás bien con ella y probablemente sea mejor profesora que Mariam.
Dicho esto, se despide y se va con la excusa de tener que ayudar a limpiar la cocina. A mí, me dan el resto del día libre, aunque preferiría tener algo que hacer. Me gustaría poder ocupar mi mente con una tarea, porque con tanto piropo a la chica rumana se ha encendido en mí una chispa de celos. Y no entiendo por qué.

 Andrea llorando la supuesta muerte de Kira

--------------------Nota de Sofía Lima-------------------------
Buenos días, ya estamos otra vez aquí! Ah, que pronto, no han pasado ni 24 horas. Pero os lo prometí, así que he subido tres capítulos en una semana. Ahora tendré que pasarme todo el "finde"... ¡qué bien! xD
No tengo mucho que decir, como ya hablamos ayer... así que me voy, espero que hayáis disfrutado el cap. 17 ^^

-----------------------Nota de Andrea Xie----------------------
Hola a todos!!
Por culpa de Sofía ahora tendré que escribir otra nota.
Bueno, ya sabéis la gran noticia, pero creo que Sofía a exagerado demasiado.
Espero que os guste este capitulo y este dibujo.
Me podeis decir peluches monísimos?
Los tengo que dibujar en un capitulo, solo he dibujado tres y quiero dibujar otros dos pero no se me ocurre nada.
No olvidéis comentar!!!

viernes, 24 de febrero de 2012

Capítulo 16

Otra vez me tengo que duchar a toda velocidad, Isaac no ha conseguido despertarme ni dando voces.  Pobre chico, siempre se deja la garganta intentando que me levante y no le hago ni caso. Tiene que estar hasta las narices de mí.
Me pongo una blusa blanca y una falda rosa con flores del color de la camiseta. Bajo a todo correr seguida del chico fantasma, que me estaba esperando en la puerta del baño. Según me dice, son las nueve menos cinco y todos están acabando de desayunar.
-    ¡Buenos días!
Entro corriendo al comedor y saco la silla de debajo de la mesa. Me siento y…
-    ¡¡AAAAAAH!!
-    ¿Qué pasa? –todos se levantan a la vez para ver lo que ha ocurrido, excepto Álex e Isaac, que miran muertos de risa.
-    ¿Te ha aplastado? Pobrecita mía…
Mariam tiene cogida en brazos a Kira, causante del susto que me he llevado. Se ve que la gata estaba tumbada en la silla y como no miré antes de  sentarme…
-    ¿Qué es todo este follón? –vaya, ya ha vuelto el Codorniz.
-    Nada, que me he sentado encima de la gata. Lo siento, Kira. –me disculpo porque parece que es lo que espera Mariam, aunque mantengo las distancias. Los ojos de los gatos tienen algo que me da miedo.
El resto del desayuno transcurre en paz, ni siquiera Fernando, que hoy no está borracho, molesta demasiado. No sé si preguntarle dónde ha estado estos días, por si su familia le ha tenido hipnotizado, pero él mismo resuelve mis dudas.
-    Ay, hijos míos, qué bien me ha sentado el viaje. ¡Qué buenos sois! Enviarme de crucero os debe haber costado un dineral.
Su hija le sonríe y su hijo le dice que no ha sido nada. Después de eso, los dos se levantan y llevan sus tazones a la cocina. Alejandro y yo no tardamos en seguirles. Aunque no he acabado, el chico me mete prisa y me lleva a rastras a la cocina.
-    Andrea, hoy tendrás el honor de empezar con tu entrenamiento –dice Alejandro con voz de político-. A mi derecha tienes a la señorita Mariam González, la que será tu profesora de “magia”. A mi izquierda, el señor Samuel González, tu profesor de idiomas. En el centro, el “pagafantas” que se queda limpiando y atendiendo a los rumanos –pone cara de terror.
-    ¿QUÉ? Mariam, tú me dijiste que íbamos a limpiar la casa…
-    Es que la abuela acababa de entrar al baño, y como está tan cerca de tu cuarto no me fiaba de decir lo del entrenamiento. Venga, vamos, que no tenemos todo el día –se dirige a la puerta. Parece que la simpatía de anoche se ha desvanecido.
-    Pero… no podemos dejar a Álex solo.
-    No estará solo a no ser que quieras aprender idiomas mientras entrenas. Samuel estará con él.
Como veo que no podré librarme y voy a tener que tragarme el miedo (me he puesto muy nerviosa), sigo a Mariam hasta el exterior de la casa. Menos mal que es primavera, si no a estas horas nos congelaríamos en la calle.
La chica me guía a través de las choperas hasta el río, que seguimos en paralelo hasta llegar a un puente. Yo ya estoy empezando a cansarme, pero Mariam parece estar igual que cuando salimos de la casa. Se ve que está acostumbrada a caminar por estos terrenos tan irregulares.
Cruzamos un puente y creo que ya nos estamos internando en  territorios del pueblo vecino cuando llegamos a un claro cubierto de hierbajos verdes. Aquí nos detenemos.
-    Vale, creo que ya estamos lo suficientemente lejos de la casa. Ponte en frente de mí –sigo sus indicaciones-. Bien, así. No tiene mucha complicación, pero las primeras veces cuesta. Yo lo hago de otra forma, pero los de cada grupo lo hace de una forma. Los de la tierra del sur clavaban los pies en el suelo, hazlo.
Aprieto los pies contra el suelo hasta que no puedo más. Como siga así, echaré raíces.
-    Vale, ahora imagínate que frente a ti crece un árbol. Piénsalo. Deséalo con todas tus fuerzas.
Lo intento con los ojos cerrados, con los ojos abiertos, apretando las manos hasta hacerme daño, imaginando que me convierto en árbol, pero no consigo nada.
-    Mariam, no hay manera. ¿Estás segura de que se hace así?
-    Supongo… yo imagino que duermo, Álex un reloj, los del viento un tifón… Quizás deberías imaginar una semilla. Yo que sé, tendríamos que habernos documentado más, pero ¿cómo?
-    Tranquila, lo voy a intentar otra vez.
Vuelvo a intentarlo, más que nada por no defraudar a Mariam, pero obtengo los mismos resultados que antes. Quizás al fin y al cabo no he heredado los poderes de mi madre. Se lo digo a mi profesora.
-    Eso es imposible, se transmite a todos los hijos, aunque al final siempre uno acaba más dotado que otro… pero ninguno queda sin poder. Todo esto es culpa de tu madre, que renegaba de los poderes de los dioses. Decía que era mejor dejar que la naturaleza siguiese su curso, pero si ya hay desastres estando nosotros, dime tú si no existiéramos. Si no hubiese renegado y te hubiese explicado cómo se hace desde chiquita, ahora no estaríamos aquí paradas haciendo el tonto. Vieja loca…
Los insultos de Mariam me llegan muy hondo. No me enfado fácilmente, pero que alguien se meta con mi familia, después de lo que están sufriendo, no lo puedo soportar.
-    ¡No vuelvas a meterte con mi madre!
-    ¿Y qué vas a hacer para remediarlo? ¿Pegarme?
Y, sin pensarlo mucho, me tiro encima de la chica, que me esquiva con facilidad cayendo yo al suelo. En este momento, desearía saber utilizar mis poderes y que creciese un árbol debajo de sus…
De pronto, todo se queda negro.
---- EN EL CLARO, MIENTRAS TANTO----
Una chica tumbada en el suelo, claramente inconsciente. Otra, que la mira con estupor junto a una gata. Y bajo ellas tres, un suelo cubierto de flores.
La chica que está despierta, murmura “ha funcionado, que lista soy”.



 Andrea, desmayada en el campo de flores


-----------Nota de Andrea Xie-------------------
Hola a todos!!
       
 Que cansancio... 

Sabéis una cosa? 

NO DIMITO, intentaré hacer los dibujos el lunes y el 

martes.

Ahora no os pongáis tristes.

Espero que os guste este capítulo y el dibujo, las flores 

están fatal.

Ah!, y no olvidéis comentar. Gracias por el apoyo que 

siempre me dais.

         ---------Nota de Sofía Lima------------------
      Buenas, familia! Ya estamos aquí otra vez. 
Gracias a vuestra colaboración hemos conseguido que Andrea no dimita, así que mañana subiré el capítulo 17, tal y como prometí. Sin vosotros seguro que no habría podido convencerla, os merecéis un monumento xD
      No me voy a enrollar más, solo os digo lo típico de que comentéis y paséis la historia a vuestros amigos.
Muchas gracias otra vez. Que paséis un buen fin de semana :)