viernes, 23 de marzo de 2012

Capítulo 24

Mariam había venido porque teníamos que ir a cenar, así que recorremos la casa llamando al resto de la gente. Cuando ya estamos todos, llamamos a Stefania. Tarda en abrirnos y yo me asusto ¿y si se ha suicidado? Pero aparece cuando Mariam comienza a chillar. Creo que le tiene miedo después de lo de los limones.
-    Disculpa, pero yo prefiero no ir cenar.
-    “Ir cenar” no, “ir a cenar” –la corrige Samuel.
-    Vas a venir quieras o no quieras. Seguro que te gustará, ha y limones… -Mariam la engancha del brazo y empieza a tirar. Por más que Stefania forcejea, no consigue soltarse.
-    Pobre chica, no sabe lo que le ha caído. Es mejor no llevarle la contraria a mi hermana –me susurra el dios del sueño.
-   No es ella la única que lo está pasando mal. Ahora todos tenemos que colaborar –me impacta la seriedad de mis palabras.
-    ¿Por qué le tenéis tanta manía todas las chicas?
No le contesto, porque ya hemos llegado al comedor. Allí están todos los adultos sentados alrededor de la mesa, iluminados por varias velas y el fuego de la chimenea.
Tomamos asiento, y entre Ángeles y la madre de Luz van sirviéndonos una sopa de pollo. Ha debido costar un ojo de la cara esa olla tan grande, me siento un poco culpable.
-    Una cosa… -dice Fernando mientras come- ¿No pensáis hacer nada para ganar dinero? Ahora que vivimos tan lejos, no podré seguir trabajando en el campo… y cada vez somos más para mantener…
Eso último lo dice con un tono de voz tan lúgubre que nadie parece saber como reaccionar. Ya pienso que no va a contestar nadie cuando se oye la voz de Luz:
-    ¿Pero en esta casa no hay ningún huerto? Es enorme.
-    Que va, mi padre trabajaba en un banco y no tenía tiempo para huertos –le contesta Álex.
-    Dejad eso por hoy, niños. Tenemos que organizar un poco la casa, comprar ropa, comida, butano para la hornilla… Cuando estemos instalados, ya buscaréis algo por el pueblo –interrumpe la abuela la discusión.
-    ¿Buscar algo por el pueblo? Yo no quiero, seguro que nos coge algún hombre tacaño que nos paga una miseria por ser niños –cómo no, Mariam ya está quejándose.
-    ¿Y por qué no…?
-    ¡Callaos ya! Os he dicho que lo dejéis, ya pensaremos algo con más calma, ahora todos estamos cansados y de mal humor –mira a su nieta
Todos se callan ante el repentino arranque de ira de la abuela, pero veo que Mariam está preparándose para lanzarle algo a Ángeles. Le agarro la mano y se lo quito, ganándome una mirada de odio. Era solo miga de pan, pero podría haberse montado un buen espectáculo si llega a lanzarla.
Terminamos de cenar sin haber vuelto a decir una palabra y dejamos los platos en el fregadero. Ya nos ocuparemos mañana, ahora estamos todos demasiado cansados (eso dice la madre de Luz)

Subo a  mi cuarto, que me da un poco de miedo desde que Mariam me dijo que pertenecía a la hermana de Álex. Isaac empieza reírse de mí:
-    Después de tanto tiempo, ¿aún te dan miedo los fantasmas? Además, puede que la chica no haya muerto, quién sabe.
-    Ya, pero la historia de esta familia es tan tétrica… parece una de esas que cuentan los viejos del pueblo en las noches de verano. Como aquella de la niña que se cae en el pozo…
Y de pronto, como si hubiesen estado esperando esas palabras, se oyen golpes en la puerta. Salto asustada y me meto debajo del escritorio. La puerta se abre y se oyen un montón de pisadas que no tiene nada de fantasmagóricas.
-    ¿Qué haces ahí metida? –Mariam, que va a la cabeza del grupo, me mira con cara de asco.
-    Pobre, la has asustado –Álex se ríe-. Tú tranquila, que no eres la única que se ha sobresaltado. Luz se ha tirado a pegarle con la almohada.
-    Es que estas no son horas de hacer visitas, estaba medio dormida… -la pequeña se ha apoyado en el cabecero de la cama y tiene los ojos casi cerrados.
-    No entiende de horarios, está loca, Luz, está loca… -las pocas palabras que dice Stefania en todo el día son suficientes para que a Mariam y a mí nos hierva la sangre.
-    ¡Oye, a mí no me faltes al respeto, que no respondo de mis actos!
-    Encima de que te han aceptado con ellos… no puedes tratar así a esta familia, Stefania… -yo también le regaño, pero con más delicadeza.
No se digna a responder, solo nos mira. Sospecho que nos ha entendido perfectamente, pero se ha asustado al ver a Mariam tan enfadada. También se habrá sorprendido al ver que la chica tiene una aliada en su guerra particular contra ella. Ya no es solo que le tenga manía, es que no me gustan las personas desagradecidas.
-    ¿Para que hemos venido aquí? Yo tengo sueño, vámonos…
-    Calla, Luz, y escúchame. Y tú, Stefania, espero que tengas la boca cerrada respecto a lo que digamos a partir de ahora. Si no, me encargaré de que pases el resto de tu vida oliendo a limón.
Esta amenaza hace que todos nos riamos, aunque Álex nos mira desconcertado. Le explico brevemente lo que pasó mientras el rastreaba la zona del incendio. Ahora, también ríe él.
-   Venga, dejad ya de reír y escuchadme –callamos todos- ¿Hay alguien que no esté al tanto de los objetivos de los Hirsizlar?
-    Ahora es cuando nos dices que te vas a unir a ellos, ¿verdad?
-    No, ahora es el momento en el que me cabreo contigo, Stefania, y te doy dos bofetadas con toda la fuerza de mi alma. Te mato, y nos quedamos todos tranquilos, ¿vale?
-    Tranquilizaos ya, pesadas –dice Samuel-. Sí, todos sabemos cuales son los planes de esa gente ¿Adónde pretendes llegar?
-    Pues a que han intentado matarnos a todos, no solo a los del sueño. Han cambiado de planes… y quiero saber qué es lo que se traen ahora entre manos ¿Alguna idea?
Todos nos callamos asombrados por las palabras de Mariam. No sé los demás, pero yo no había pensado en eso. La reflexión de la diosa del sueño es bastante buena, pero no se me ocurre ningún motivo por el que puedan querer deshacerse de los demás… Según sus antiguos planes, los más poderosos aún somos útiles.
-    Yo creo que van a por vosotros y a por los que os estamos ayudando –propone Luz.
-    Demasiado sencillo para esas mentes retorcidas, yo tengo otra teoría –dice Samuel, que está sentado sobre el escritorio-. Recordáis, Mariam y Álex, aquello que nos dijo ángeles de que, a cierta edad, los dioses de poderes mentales pueden teletransportarse?
-    Claro, pero ¿qué tiene eso que ver? –pregunta Álex. Está muy concentrado.
-    Pues verás… la abuela dijo que ese poder se alcanzaba sobre los veinticinco o treinta años, edad que solo han alcanzado ella misma, mi padre y los padres de Stefania. Ángeles habría podido escapar perfectamente, y aunque papá no es un dios, seguro que aún tenía la piel húmeda de haberse duchado, podría haber salido… aunque no creo que les importe mucho la vida de un humano. Los únicos que habríamos quedado encerrados somos los niños y los padres de Stefania, justamente, los que conspiramos contra ellos.
-    Nosotros vale, pero… ¿sus padres? –pregunta Luz, que ya parece más despierta.
-    ¿Cuántos murieron en la explosión de aquel camión en tu ciudad?
-    Más de treinta… y todos eran Hirsizlar ¡Ha sido por vengan…!
Stefania no termina su exclamación, porque de pronto se abre la ventana y entra un papel atado a una piedra. En él, solo pone:
No os metáis donde no os llaman, estáis avisados.
Stefania, asustada por la nota.

-------Nota de Sofía Lima----------
Muy buenas, gentecilla! Por fin viernes, se acabó la semana fuertes de exámenes. Al final sacaré un diez en dibujo, menos mal. Si me hace dejar de escribir y no me pone un diez no respondo de mis actos ¬¬"
Esta vez tampoco hay dibujo, al menos hasta mañana (sábado). Andrea y yo no nos poníamos de acuerdo sobre que dibujar. Su nota irá con el dibujo, así que no la subiré hoy.
Ah, sí... para esa cotilla que está pensando que nos hemos peleado... ¡no inventes! xD 
Nada más, pasad un buen fin de semana y no olvidéis comentar ^^

martes, 20 de marzo de 2012

Capítulo 23


      Al entrar a la casa, la sensación que tuve en el jardín se confirma. Todo está intacto, como si no hubiese pasado el tiempo.
-    Un buen hechizo el de esta casa. Ha resistido muy bien a todos estos años –comenta Fernando, dando golpes a una de las paredes. Ahora parece uno más de nosotros.
-    Por supuesto que es bueno, lo puso mi padre –le contesta Alejandro, que a pesar de estar un poco pálido sigue igual de orgulloso que siempre.
-    Id buscando velas o algo para alumbrar, que voy a alguna parte a por comida. No sé vosotros, pero yo tengo un hambre lobuna –dicho esto, Jean cierra la puerta y sale de la casa.
-    Pues hala, ya habéis escuchado a Jean. Que cada uno se elija una habitación y la vaya acomodando a su gusto… -Ángeles nos mira de uno en uno- Y que alguien acompañe a Stefania.
Asentimos y subimos por las escaleras, que están en frente. A pesar de la última petición de la abuela, nadie acompaña a la rumana. Por mucho que esté sufriendo, la especie de odio que antes sentía hacia ella no se ha ido.
Vamos mirando las puertas sin atrevernos a abrirlas, esta casa nos impone respeto a todos. La primera en lanzarse a abrir una puerta es Mariam, que escoge tercera del pasillo. No alcanzo a ver mucho, porque cierra antes de que me dé tiempo.
-    Oye, Álex, ¿puedo quedarme esta?
-    Claro, toda tuya. No creo que vaya a caérsete encima.
La chica asiente y entra cerrando la puerta tras de sí. Los demás seguimos avanzando, aunque Samuel no tarda en separarse de nosotros. Ha escogido la de al lado de su hermana. Ya solo somos cuatro.
-    ¿Cuál da a la parte de atrás? –se oye la lúgubre voz de Stefania.
-    ¿A mí me lo preguntas? Solo recuerdo cuál era la mía y la de mis padres… explora, si quieres.
-    No, si da igual… -entra con andares cansados a la del fondo del pasillo.
-    ¿Aún no os decidís vosotras dos? –nos pregunta a Luz y a mí.
-    Es que yo quiero alguna que esté muy, muy alta. Me gustan los sitios altos –dice la pequeña, sonriente-. ¿Arriba hay más habitaciones?
-    Claro, sube y elige la que quieras.
La chiquilla sube ilusionada las escaleras. A pesar del aire lúgubre de la casa, a ella se la ve muy feliz. Ya solo quedamos Álex y yo, pero no me decido. ¿Y si tengo la mala suerte de escoger la de sus padres? Sería muy irrespetuoso y, para qué mentir, me daría un poco de miedo.
-    ¿Tú que vas a hacer? –me pregunta
-    No sé… no me decido.
-    ¿Qué, te da miedo que haya fantasmas? –Isaac y yo reímos ante la pregunta. La verdad es que a estas alturas los fantasmas son la menor de mis preocupaciones.
-    No, no me preocupa, pero me gustaría seguir viendo la casa. ¿Qué hay al otro lado del pasillo?
-    Más habitaciones, muchas más. En eso, esta casa se parece a la de Fernando.
-    Bueno, entonces supongo que seguiré explorando por allí Muchas gracias, Alejandro. –Le sonrío y echo a andar.
Como él no ha puesto impedimentos, supongo que podré escoger cualquiera de las habitaciones de ese lado. He recorrido la mitad del pasillo cuando le oigo llamarme.
-    Andrea… -me giro- ¿Te importaría coger la segunda habitación por el fondo? La de la derecha. No quiero que la coja Ángeles.
-    Está bien, pero… ¿por qué?
-    Por nada, por nada. Tú instálate, que no Jean no tardará mucho en volver.
Asiento y, aunque me pica la curiosidad, entro en la habitación que él me indicó. Es una habitación parecida a la de casa Morfeo, con dos ventanas, una cama, un armario… lo único distinto es que tiene peluches, un montón de peluches.
Todo está lleno de muñecos de trapo, pero no de los que hacen las niñas aburridas, sino comprados en buenas tiendas. Pollitos, ranas, osos… Le dan un aire dulce a la habitación que me hace agradecer haberle hecho caso a Alejandro.
-    Qué habitación más femenina, ¿no? –comenta Isaac, mirándolo todo desde cerca del techo.
-    ¡Es muy bonita! Aquí estaremos muy cómodos. ¡Mira!
Isaac se sobresalta con mi grito y se acerca a ver lo que ha ocurrido. Acabo de encontrar un estuche con lápices de colores y una libreta encima del escritorio.
-    ¿Qué pasa? Solo son lápices…
-    ¡Eso es! Son lápices, y a mí me encanta dibujar.
No tardo en estar tirada por el suelo dibujando florecitas en el cuaderno. Debo parecer una niña rica toda rodeada de peluches y dibujando en el suelo.
-    Si llego a saber que iba a encontrarme estas cosas aquí, habría quemado yo misma la casa mucho antes… ups, perdona –Isaac me mira con cara de asesino.
-    No pasa nada, supongo que no lo decías en serio.
Se acerca hasta mí flotando y mira por encima de mi cabeza al dibujo. Lo mira bocarriba, bocabajo, de perfil y dando vueltas.
-    Oye, pues dibujas bastante bien… Podrías ganarte la vida haciendo retratos y tener unos ahorrillos para cuando vayamos a por los Hirsizlar.
-    ¿Quieres que te dibuje? –le pregunto- Anda, siéntate en la cama.
El chico me obedece y empiezo a dibujarle. Ya casi no se ve, pero estoy tan centrada en mi dibujo que no me doy cuenta. Solo un grito en el pasillo me saca de mi concentración.
-    ¡¡¡¡Andrea!!!!
Mariam entra en la habitación, sin ni siquiera molestarse en llamar, con una vela en la mano. Se acerca a mí y empieza a mirar mi dibujo. Como siempre, ha olvidado que no saludar es de mala educación.
-    ¿Qué narices estás dibujando? ¿Te inventas el modelo? Huy, cuantos peluches, que habitación tan femenina -¿por qué todo el mundo dice lo mismo?- Debía de ser de la hermana de Álex.
-    ¿Qué? ¿Tenía una hermana? Ay Dios… y yo aquí metida por toda la cara…
-    No, tú tranquila. Seguro que prefiere que estés tú aquí a que lo estén Ángeles o mi padre.
Es verdad, Álex me dijo eso mismo… ¿Pero por qué yo y no cualquiera de las otras chicas? No sé por qué, el corazón me late muy rápido.
Andrea, toda contenta dibujando

------Nota de Sofía Lima--------------
Muy buenas, gentecilla! Ay, todavía martes... ¡qué semana más larga! Y además con este mal tiempo, hace mucho viento.
Os pido disculpas por lo del dibujo del cap 22, ahora resulta que Andrea se lo ha regalado a su hermana pequeña -.-"
El capítulo 24 es bastante largo, así que id perparandoos para sufrir. No sabía por donde cortarlo y me salieron 4 folios y medio del Word. Creo que os gustará.
Nada, lo de siempre, que espero que os hayan gustado el capítulo y el dibujo y que no olvidéis comentar :)
Suerte con los exámenes

-------Nota de Andrea Xie------------
Hola a todos!!!
Seguramente en esta semana teneis muchisimos examenes como yo.
Como os va con los examenes?
Bueno, hoy ella va colgar el capitulo 23, no ha s subido la foto del 22 porque se la di a mi hermana. Si queréis que la suba, decidselo a ella.
Espero que os guste y que me guste a mí ( me quede en el 21, jejeje). 


viernes, 16 de marzo de 2012

Capítulo 22

Aunque el viaje en tren al principio me parecía muy divertido, ahora me aburro como una ostra. Nunca antes había montado en un vehículo de estos, y estaba muy ilusionada… pero lo silenciosos que están todos me deprime.
El vagón está reservado entero para nosotros, pero nadie parece atreverse a decir nada. Ni siquiera Jean y su familia, que han venido con nosotros para ayudarnos, muestran su típica energía. Incluso Kira, que Mariam ha metido en el vagón sin permiso, parece triste.
-    Andrea… -me llama Luz, que está sentada a mi lado, en voz baja- Me aburro, ¿por qué no exploramos esto un poco? Por favor…
-    No creo que haya nada de interés en un lugar como este, pero si te hace ilusión, te acompaño.
Nos levantamos las dos en silencio y nadie nos mira, todos están sumidos en sus pensamientos. Parece haberles sentado peor lo de la casa que lo de los rumanos, porque no les han mencionado mucho hasta ahora.
Pasamos al vagón de al lado, en el que solo hay una anciana y un hombre que vende refrescos. Luz compra dos y nos los bebemos mientras seguimos paseando.
-    Están todos muy afectados, ¿verdad? Parece que se les ha muerto alguien. Me alegro de haber salido de ahí, ¿tú no?
-    Si, el ambiente estaba demasiado cargado –reconozco-. Incluso Mariam y Álex parecían tan tristes…
-    ¿Yo? ¿Triste? Jamás. Y Mariam estaba dormida -Álex está detrás de nosotras y sonríe.
-    Ah, hola, Álex –le saludo- ¿Estás ya mejor?
-    ¡Que yo nunca estoy mal, pesada! Es que ese adormilamiento general me ha contagiado.
Aunque sé que está mintiendo, no le replico. Está bien ver tan animado al chico. Ya se echaba de menos su sonrisa permanente.
Seguimos caminando hacia el final del tren hasta llegar a una especie de terraza. No hay nadie aquí y corre una brisa agradable, así que nos sentamos en unos sillones que hay en el centro.
Pienso en preguntarle a Alejandro por lo que pasó e su casa que tanto le asusta, pero no me decido. Puede que no le guste hablar del tema… Y mientras me decido o no me decido, Luz se lo pregunta.
-    Oye, Álex, ¿qué fue lo que pasó en tu casa?
-    ¡Luz! –le regaño
-    Estábamos allí cuando se llevaron a mis padres, yo estaba con ellos… -vuelve la cara y cierra los ojos.
-    Ay, perdona… yo no quería…
-    No, si no pasa nada. Ya sé que mi vida es lo más interesante que conocéis –vuelve a mirar en nuestra dirección y guiña un ojo.
Sabiendo ya lo que ocurrió en la casa de Álex y viendo que el chico está igual de contento que siempre nos relajamos y empezamos a hablar sobre cosas banales. Parece increíble que hace poco se nos haya quemado la casa. Supongo que como somos los únicos que no teníamos nada que ver con ella no nos ha afectado tanto como a los demás.
Al rato, se abre la puerta de la terraza y sale Mariam.
-    Míralos, al Sol del atardecer como lagartijas –se ríe de su propio chiste y se acerca a nosotros- Ya estamos llegando, así que levantaos y vamos a pillar sitio delante de la puerta.
Asentimos y vamos los tres tras ella. Hay que ver lo rápida que se me ha pasado la tarde desde que salí del vagón reservado. Cuando una está bien, el tiempo pasa mucho más rápido.
-    Andrea, creo que mañana te va a tocar volver a ir de compras conmigo ¡sufre!
-    Pues como discutamos tanto como la otra vez no sé si resistiré. A lo mejor debería dejar que el tren me devolviese al pueblo…
Llegamos a la puerta, donde ya esperan Ángeles y el resto. Parecen algo más animados, como si saber que tienen cerca un techo bajo el que dormir les animase. La única que no habla es Stefania, aunque se aparta de Mariam como si esperase que volviese a atacarla con limones.
-    Estas dos se han declarado la guerra, ¿no? –ríe Isaac- Me ha venido bien dormir, ya estoy algo más animado.
-    ¿Pero tú duermes? –le pregunto extrañada.
-    Yo lo llamo dormir… pero en realidad es como si desapareciese un rato. Supongo que necesitaba recuperar energía para luchar contra los Hirsizlar. Ahora más que nunca…
No puedo terminar de escuchar al chico, porque se oye una potentísima sirena que anuncia que ya hemos llegado a la estación. Avanzo con cuidado de no perder de vista a mi gente entre la multitud hasta que salimos a la calle y encontramos un sitio algo más pacífico. Ya casi es de noche.
-    Bueno, ahora tenemos que ir hacia allá –señala Ángeles- y estaremos fuera de la ciudad. Creo recordar que la casa no estaba muy apartada…
Todos avanzamos hablando excepto los mayores, que tratan de orientarse, y Stefania, que va al final del grupo muy callada.
Mariam y Samuel hacen planes para estar pendientes todo el rato de Álex y nos organizan por turnos. Dicen que si le da un mareo del susto, se cae y se mata no tendremos donde quedarnos a vivir. Aunque este es el motivo que Mariam expresa, todos sabemos que se preocupa por el chico más de lo que quiere aparentar.
Al salir de la ciudad pasamos un rato caminando por caminos de cabras hasta llegar a una imponente verja. Detrás hay un jardín con las plantas bastante crecidas, por lo que no se ve la casa.
Jean abre la cancela con la llave que cogieron antes del colgante de Álex y avanzamos pon un sendero empedrado.  El jardín es inmenso, nos costará mucho arreglarlo… pero creo que será lo único que tendremos que arreglar.
La casa al final del sendero no tiene ningún desperfecto, está igual que si la llevasen habitando todos estos años. Si Casa Morfeo irradiaba poder, esta irradia el triple. Creo que será maravilloso vivir en un lugar así. Para todos… excepto para Álex.


 Casa Cronos. El lunes subiremos el dibujo


---------Nota de Sofía Lima-------
Buenas, gentecilla. Ya estamos otra vez aquí... parece que han pasado milenios. ¿No ha sido muy larga esta semana? 
Tengo que pedir perdón porque se me olvidó pedirle el dibujo a Andrea. Bueno, en realidad se lo pedí por la mañana y en el recreo, pero dijo que me lo daría a la salida... y a la salida se me olvidó. Esta cabecita loca mía... Intentaré subirlo el lunes, si no se le pierde ni nada.
A parte de eso, e gustaría preguntaros si no tenéis sensación de que esto está un poco soso últimamente. Decídmelo con sinceridad, ya sabéis que no me enfado. Solo quiero mejorar. 
Muchas gracias y espero que os haya gustado. Os dejo con Andrea Xie.

----Nota de Andrea Xie-------------
Hola a todos!!!
Un día terrible, ¿verdad?
Seguramente habéis tenido muchos examenes y la semana que viene muchos más.
El tiempo pasa volando, ¿no creeis?
Bueno, hoy ella ha puesto este capitulo, se le olvidó esperarme para que le diera el dibujo, entonces es posible que lo suba el lunes.
Espero que os guste, blablabla blablabla.
Que os lo paséis bien el finde!! 


martes, 13 de marzo de 2012

Capítulo 21

No tuve tiempo para preguntar al chico fantasma por sus inquietantes palabras, porque la gente del pueblo empezó a acercarse a nosotros ofreciéndonos pasar la noche en sus casas. Estuvimos rechazando las invitaciones y después fuimos al banco a sacar dinero. Al menos, Samuel se había molestado en sacar la cartilla y no tendremos que ponernos a mendigar.
Cuando sacamos el dinero, aún en estado de shock, nos dirigimos todos hasta el lugar en el que estamos ahora: el Hotel Real. Aquí es donde se estaba alojando la familia de Luz, que ahora mismo está hablando con Ángeles y Fernando.
Los demás estamos en la habitación de la chica todos juntos, aunque sin hacernos mucho caso entre nosotros. Mariam mira fijamente por la ventana, sumida en sus pensamientos. Samuel tiene la cara cubierta con las manos, así que ni sé si está llorando. Álex, muy serio está concentrado en algún punto de la pared de en frente. Stefania está tumbada bocabajo en la cama sin moverse ni un ápice. Isaac y yo estamos sentados en el suelo juntos, he estado llorando hasta hace cinco minutos. Y la pequeña Luz nos mira a todos por turnos sin saber qué hacer.
-    ¿Alguien quiere algo de comer? –pregunta en voz baja.
Todos decimos que no, excepto Mariam que pide que le traiga dos o tres limones. Luz la mira extrañada, pero la obedece sin rechistar y sale de la habitación. ¿Para qué querrá los limones? 
Se acerca hasta donde yo estoy y se sienta a mi lado sin más.
-    ¿Crees que se habrá muerto del susto? Todos nos movemos, pero ella… -señala a Stefania con un gesto
-    Se le han muerto los padres, Mariam… es normal que esté así de parada.
-    Pues por eso mismo debería estar moviéndose. Esto claramente es obra de los Hirsizlar, tendría que ayudarnos a hacer planes para vengar a su familia, ¿no?
-    Todos están igual de quietos que ella. Tú, yo y Luz somos las únicas que hemos dado señales de vida.
-     Samuel se ha dormido y Álex está demasiado ocupado, está reconociendo la zona del accidente –al ver mi cara de no entender nada, empieza a explicarme:- Puede hacer viajes metales en el tiempo, ahora mismo lo único que hay aquí es su cuerpo, su alma está en la casa.
Justo cuando Mariam termina de hablar la puerta de la habitación se abre y entra Luz cargada de bandejas con comida. Nos da una a cada uno aunque le dijimos que no teníamos hambre. En la de la diosa del sueño, a parte de la ensalada y el filete hay un par de limones.
-    Gracias por la comida, Luz –aunque no pedí la comida, siento que debo agradecerle a la chica lo atenta que está siendo con nosotros.
-    Eso, eso… Bueno, Andrea, coge un limón. Se acabó el estar tumbada con cara de vinagre –me lanza uno que ha partido con sus propias manos y se acerca a Stefania.
-    ¿Qué vas a…?
Antes de que me de tiempo a preguntar empieza a echarle limón por encima a la chica, comportamiento que imita Luz con la fruta que acaba de arrebatarme.
-    ¡Venga, venga, no te  duermas! Ya nos hemos cansado de verte con esa cara de vegetal, ponte de pie y a comer.
Stefania empieza a gritar algo en turco que me alegro de no comprender, porque suena a maldición. Las otras dos chicas se ríen y Samuel, recién despierto, las mira con cara de susto.
La rumana coge muy digna su bandeja y se vuelve de espaldas a Mariam y Luz. Sospecho que la convivencia va a ser un infierno, porque ni las otras dos dejan de reír ni ella de maldecir. Cuando creo que se les va a tirar encima, entran Ángeles y Jean en la habitación. Todos les miramos atentamente excepto Isaac y Alejandro, que aún sigue ausente.
-    Ya está decidido lo que vamos a hacer –anuncia la mujer-. Lo primero que os quiero decir es que nos haremos cargo de Stefania y que se vendrá a vivir con nosotros –cara de asco por parte de Mariam-. Lo segundo es que nos trasladaremos a la antigua casa de Alejandro mientras reconstruyen nuestra vivienda.
La abuela se calla y la habitación permanece en silencio unos segundos. Parece una buena noticia, no tendremos que quedarnos en la calle, pero Samuel y su hermana empiezan a hablar muy rápido a la vez con tono de reproche.
-    A ver, a ver, chicos… -intenta tranquilizarlos Jean- ¿Qué es lo que pasa? No os entendemos…
-    ¿Qué es todo este follón? –pregunta Álex, que acaba de volver de su viaje mental.
-    ¡¡La loca ésta!! ¡¡Que quiere que nos metamos en tu casa!! –grita Mariam
-    A ti no te importa, ¿verdad? –le pregunta tranquilamente la abuela.
-    ¿Cómo no le va a importar? Se coherente, abuela, él ha sufrido mucho en esa casa… -Samuel intenta razonar con ella y yo sigo sin enterarme de nada.
-    Yo… yo no quiero volver allí… -Alex está pálido y tiene cara de susto.
-    Hijo, lo que no puede hacer esta gente es quedarse sin un techo por algo que pasó hace tanto tiempo –interviene la madre de Luz, que acaba de entrar en la habitación.
Isaac, que con todo el estruendo ha salido de sus pensamientos, parece igual de desconcertado que yo. Le pregunto qué está ocurriendo, pero no puede contestarme. Al parecer no sabe mucho sobre el pasado de Alejandro.
La discusión dura un rato más, concretamente hasta que Ángeles se enfada y empieza a dar gritos. Se acerca al chico y le quita un colgante que llevaba oculto bajo la camisa. Es una cadenita metálica de la que cuelga una llave que probablemente sea la de la antigua casa de Álex.
-    ¡Bastantes años llevas ya en mi casa por la cara! ¡Ahora haz algo por nosotros, joder!
Dicho esto se va sin despedirse ni indicarnos cuándo nos iremos a la nueva casa. Tengo muchas preguntas que hacer, pero creo que no es el mejor momento. Alejandro se ve muy triste y los gemelos están rojos de ira. Luz y Stefania parecen muy asustadas y aun así, no creo que pueda sacar mucha información de ellas.
Me ofrezco a llevar la comida, ya fría, al comedor del hotel para poder así escapar un momento de aquel ambiente tan lúgubre.
Cuando vuelvo a la habitación encuentro allí a Fernando que está anunciando la hora de nuestra partida:
Ahora mismo. Sin preparativos, sin dejarnos despedirnos del pueblo y sin dejarnos hacernos a la idea de que hemos perdido nuestra casa. Sin nada, todo se lo llevó el fuego.
Lo único que nos queda es una casa a dos horas de aquí en tren que no parece agradarle a nadie. Al menos espero que allí podamos estar en paz.
Las chicas comiendo (disculpad la mala calidad de la foto, daba demasiado el sol)

--------Nota de Sofía Lima----------------
Buenas tardes, gentecilla! Volvemos a vernos, como cada martes. Es una de las partes de mi rutina que más me gustan.
Estoy intentando ponerme al día con los capítulos, pero solo tengo tres de reserva...  Aunque podéis estar tranquilos, eso no os afectará. Solo os lo cuento por que hoy no sé qué poner.
No os cuentos más chorradas, pasad una buena semana y suerte con los exámenes.

------------------Nota de Andrea Xie-------
Hola a todos!!!
Cuánto tiempo!
Hoy es el peor dia, me han ocurrido muchas cosas malas.
Espero que os guste el capitulo + el dibujo y no olvidéis comentar.
Hasta el viernes, ciao!!! 
(De parte de Sofía: ¡Qué quejica es esta dibujante...! :P)

viernes, 9 de marzo de 2012

Capítulo 20

Todos salimos de la casa corriendo, Mariam y yo ayudando a la abuela a salir a tiempo. Las llamas no provienen de la cocina, como yo había imaginado, sino del trastero. No me explico cómo se ha podido prender fuego ahí, nunca entra nadie, pero está claro que la mecha han sido los muebles rotos que había allí acumulados.
-    ¿Estamos todos? –pregunta Samuel cuando salimos. Él parece haber tomado el mando de la situación
Nos miramos los unos a los otros, yo incluso me molesto en comprobar si está Kira. No reparo en que faltan dos personas hasta que veo a Stefania corriendo hacia la casa. Las llamas ya empiezan a asomar por la puerta, pero ella parece decidida a entrar.
Mariam sale corriendo en pos de la chica, seguida poco después por Alejandro, que va haciendo unas cosas muy raras con las manos. No tardo en darme cuenta de que es algún tipo de hechizo, porque todo parece ocurrir lentamente. La joven diosa del sueño consigue alcanzar a la rumana, que en cuanto es tocada por ella cae desplomada en el suelo.
-    Se han quedado dentro… -murmura Isaac a mi lado.
-    ¿Tú no puedes entrar? Las llamas no te harían nada…
-    Aunque no me queme, ellos no podrán verme. No servirá para nada.
-    Hey, Andrea, ¿se puede saber qué haces ahí quieta? Vamos a quemar el pueblo entero si no apagamos la casa. ¡Corre a buscar ayuda!
Asiento y pido disculpas a la nerviosa Mariam, que corre junto al resto de los chicos en dirección al río. Me pregunto cómo piensan traer el agua hasta aquí, pero me recuerdo a mí misma que no hay tiempo para tonterías. Si llego a tiempo, quizás aún podamos salvar a los rumanos.
Salgo corriendo por el camino lleno de baches seguida por Isaac. No me creía capaz de correr tanto, supongo que es por la responsabilidad de tener la vida de dos personas en mis manos. Lo que no sé es lo que voy a hacer cuando llegue al pueblo. ¿Me pongo a gritar?
-    Claro, grita y ya irá la gente. Después vamos al ayuntamiento a ver si la policía puede hacer algo.
No me molesto en contestar al chico fantasma, no puedo desconcentrarme de la carrera o me caeré y perderé tiempo. Ahora en mi mente solo puede haber tres palabras: SALVAR CASA MORFEO.
No habrán pasado más de cinco minutos cuando llego agotada al centro del pueblo. Cómo no, hay un montón de gente junto a las fuentes y entrando y saliendo de las tiendas.
-    ¡¡¡Socorro, socorro!!! ¡¡¡La casa de Fernando el Codorniz se quema!!! ¡¡¡Necesitamos ayuda, por favor!!!
La gente me mira asustada por el escándalo que estoy montando, pero no tardan en dirigirse a la casa. Algunos llevan cubos que han llenado de agua en las fuentes. Con el alboroto, no tardan en salir un par de agentes de policía del ayuntamiento. Por ahora estoy cumpliendo bien mi misión.
-    ¿Qué es lo que está pasando, niña? ¿Por qué gritas tanto? –pregunta uno gordo y bigotudo.
-    Se quema… -ya no tengo fuerzas para gritar- La casa de Fernando el Codorniz se quema, agente…
El hombre mira a su acompañante y vuelven a entrar los dos corriendo. Poco después, un montón de agentes de policía salen del ayuntamiento cargados con una especie de sulfatadoras gigantes.
Me apoyo en una pared para intentar recuperar el aliento. De tanto correr, gritar, y ahora, llorar, me falta el aire. Se acerca a mí la dueña de la carnicería con un vaso de agua. Tiene cara de consternación.
-    Andrea, pobrecita mía… ¿Están todos bien? –me da el vaso y me acaricia un brazo mientras bebo.
-    Han salido todos excepto dos amigos de Ángeles.  Estaban en el piso de arriba… -arranco a llorar otra vez. La mujer me abraza.
-    Tranquila, hija, tranquila… Todavía hay esperanza, han ido muchos agentes, y a lo mejor esa gente ha conseguido salir por alguna ventana…
Me quito las lágrimas de la cara y le doy las gracias a la señora. Lleno otro par de veces el vaso en la fuente, me lavo la cara y me vuelvo a ir. Espero que lo hayan apagado ya… de lo contrario, ya no habrá esperanza para esa familia. Y, a parte de eso… ¿dónde vamos a vivir a partir de ahora? A mí no me importa que se queden en la casa donde vivía antes, pero no cabremos todos. En mi casa hay tres habitaciones, un baño, un comedor, una cocina y la panadería, y en Casa Morfeo somos siete personas seguro, nueve si los padres de Stefania han sobrevivido.
Esta vez tardo más en recorrer el camino que hay entre el pueblo y Casa Morfeo, no tengo ánimos ni fuerzas para correr, aunque intento andar rápido. Me da miedo lo que pueda encontrarme allí… y no es para menos.
La antiguamente grandiosa casa está ahora hecha una pena.  El tejado de la parte más nueva de la casa se ha venido abajo, el gran ventanal del comedor está reventado, las paredes de la entrada están completamente carbonizadas… es una escena que nadie habría querido ver, aunque todo el pueblo mira con cara de amargura.
Delante de todo el mundo están los dueños de la casa. Ángeles y Samuel lloran desconsoladamente, y Mariam tiene la cara tapada con las manos mientras su padre le pasa un brazo por los hombros. Alejandro y Stefania están algo apartados. Ella ya se ha despertado, pero parece como si estuviera muerta. Mira la casa sin ninguna expresión en su rostro, su mente parece estar muy lejos.
Miro a Isaac, que también está muy afectado. Creo que los fantasmas no pueden llorar, pero si pudiera seguro que lo haría. Había estado en aquella casa vivo y muerto y ahora… el fuego se la había arrebatado. Se gira hacia mí y veo que sus ojos están llenos de odio. Claro, en parte es culpa mía por no haber corrido más…
-    Lo siento mucho, Isaac… si hubiese corrido más… Es todo culpa mía.
-    Andrea, esto no es culpa tuya. Han tenido que ser los Hirsizlar, seguro.

 Casa Morfeo ardiendo

----------------------Nota de Sofía Lima------------------
¡Ya estamos otra vez aquí! ¿Emocionante, eh? Que bien, dos capítulos por semana... me gusta mucho más este sistema, ya me he acostumbrado.
He subido una nueva encuesta, no olvidéis votar. Está donde siempre, a la derecha de la entrada.
A parte de eso, os quiero pedir que no os enfadéis por la mala calidad de la imagen, pero es que Andrea no sabe dibujar fuego y tu ve que hacerlo yo con el paint ¬¬"
Eso sí, está bastante trabajada, no me lo neguéis. Tuve que buscar una casa como la de la historia y hacer yo la foto (las de internet son todas muy parecidas)
Nada más, que seguro que ya estáis hart@s de mí.
Hasta luego, y no olvidéis comentar :D

---------------Nota de Andrea Xie--------------------------
Soy Sofía! Como no consigo ponerme en contacto con ella, subiré la nota más tarde... o no la subiré

martes, 6 de marzo de 2012

Capítulo 19

En vistas de la situación, decido acabar pronto aunque se ría de mí. Al menos, no tendré que ignorarla. Empiezo hablar muy lento y alto:
-    HO-LA, YO SOY AN-DRE-A
Fernando, que tampoco parece dominar el idioma, me imita.
-    BUE-NAS, YO SOY FER-NAN-DO
La chica nos mira con cara de pensar que estamos locos, y después se pone a reír. El Codorniz y yo la miramos desconcertados ¿Qué es tan gracioso? A lo mejor piensa que le hemos contado un chiste.
- Ay, perdón… -dice cuando consigue calmarse. Ahora resulta que habla español. Lo hizo a posta, seguro- No hablo mucho bien español… Pensé vosotros hablabais turco…
- Ya, ya, si se ve… ¡Mucho bien! –exclama Fernando. Aún está un poco borracho- Y te ha faltado un “que” entre “pensé” y “vosotros”
No parece enterarse muy bien de lo que el hombre le dice, cosa que es comprensible teniendo en cuenta que este no vocaliza y que eran frases un poco complejas.
-    Si nos disculpas…
Rodeo a la chica y subo las escaleras tirando de mi borracho acompañante. Parece mantenerse bien en pie, pero aun así le ayudo a subir. No quiero arriesgar a que se caiga y sea mi culpa. Le dejo en la puerta del cuarto de baño y entro en mi cuarto para tranquilizarme. El encuentro con la chica rumana, Stefania, me ha puesto muy nerviosa. Lo primero que hago es reprender a Isaac en voz baja:
-    ¿Por qué narices no me has ayudado? He quedado mal por tu culpa delante de la creída esa. Se ha reído de nosotros.
-    Hay que ver que manía le has cogido… pero razona un poco, Andrea. Si te ayudo a contestarle y luego va diciéndole a los otros que has hablado con ella en turco, ¿cómo lo habrías explicado?
La respuesta del chico me deja sin palabras. No había pensado en eso, en realidad hizo bien al no decirme cómo contestar. Pero, de todas formas, que Stefania se haya reído de mí nada más conocerme me ha llegado muy hondo. Encima de que está aquí por toda la cara…
-    Eh, Andrea, relájate, que te estoy escuchando. No creo que lo hiciese con mala intención, es que le hablaste como si fuera una niña chica, o retrasada, o algo… ¡Lo que pasa es que los celos son muy malos!
Se sienta a mi lado y empieza a hace como que me da golpecitos con un codo en las costillas. Parece que hoy todo el mundo se ríe de mí, que pesados.
-    Ay déjame en paz, Isaac, que pesado estás.
-    Oye, que tampoco es para ponerse así. Yo solo intentaba calmar un poco el ambiente.
-    Es que me pone muy nerviosa la confianza de esa chica. Me da la sensación de que ha venido a apropiarse de la casa. Mira, todo el mundo está pendiente de ella, y no digas que es por ser la nueva del grupo. Con Luz no hubo tanto jaleo.
-    Bah, imaginaciones tuyas. Mariam no le hace caso, y ya sabes que Samuel es un pelota. Respecto a Álex… se emociona con facilidad. Además, yo no estoy todo el rato pendiente de ella, estoy aquí contigo.
No sé por qué, las palabras del chico fantasma me emocionan mucho. Me he sentido muy sola en esta casa aunque no se me haya tratado mal. No sé lo que haría sin Isaac, de verdad que no. Aunque intento reprimirlo, una lágrima se escurre por mi mejilla. Me la seco con la mano esperando que él se dé cuenta, pero reacciono tarde.
-    Ay, no me digas que te has emocionado y todo –ríe-. Eres muy sensible, ¿eh? Anda, vamos abajo, que ya debe ser la hora de comer y Mariam se va a enfadar contigo.
Asiento, respiro hondo y enfilo el pasillo hacia las escaleras. Al parecer, la sexta habitación por la derecha es la de los padres de Stefania, porque se oye a dos personas conversar en un idioma que no es español. Hay que ver lo grande que es esta casa, nunca dejaré de sorprenderme.
-    En realidad esta casa no era tan grande antes –vuelve a leer mis pensamientos Isaac-. La parte de tu cuarto, el baño, las tres habitaciones más cercanas, el trastero… lo construyeron cuando nacieron Samuel y Mariam. Ahora viene muy bien para alojar a las visitas o a los que vais llegando, como Álex y tú.
-    No soy capaz de imaginarme Casa Morfeo más pequeña, parece como si fuese así desde siempre. Aunque seguro que también era un buen lugar para vivir cuando era más pequeña.
-    Desde luego que lo era…
-    ¿Otra vez hablando sola? Estás muy mal, eh…
Mariam se acerca a mí con Kira en los brazos. ¿Le volverá a dar un ataque de simpatía?
Eso parece, porque empieza a hablarme sobre la paella que han preparado como si nunca me hubiese hablado cortantemente. Ella dirá que soy rara, pero tampoco se queda atrás.
La verdad es que disfruto de estos momentos de compañía humana. Aunque Isaac se puede considerar mi mejor amigo, supongo que también es bueno relacionarme con gente de carne y hueso.
Bajamos las escaleras lentamente y entramos al comedor. Allí ya están Ángeles, Fernando y Stefania.
-    Ya conoces a la nueva, ¿no? –me susurra Mariam, que se ha sentado a mi lado.
-    No sé, solo he hablado con ella una vez… -de pronto, me da un arrebato de sinceridad y decido contarle lo que opino de verdad- Pero se toma muchas confianzas para mi gusto.
-    Sí, por una vez estoy de acuerdo contigo. No me fío mucho de ella, si hacemos planes o algo tú mantenla apartada. Quiero conocerla mejor antes de incluirla al cien por cien en el gru…
De repente, la puerta se abre con mucha fuera y se estampa contra la pared. Todos nos quedamos en silencio, mirando a Samuel y Alejandro, que acaban de entrar.
-¿Qué…?
- ¡No hay tiempo para preguntas! ¡Todos fuera, que se quema la casa!


Andrea e Isaac

-----------Nota de Sofía Lima--------------
Ay, cuanto tiempo! Ya os echaba de menos. Voy a empezar por lo bueno, que quiero celebrarlo con vosotros.
Como ya tengo 33 dibujos hechos y me quedan muchas semanas, volveremos a la rutina de 2 capítulos. Siento haber montado lo que monté la semana pasada, pero es que me pongo nerviosa muy fácilmente. Pasé todo el fin de semana dibujando, se supone que debe darme tiempo.

A parte de eso, solo me queda soltar el típico rollo de que comentéis, corrijáis y todas esas cosas que decimos l@s escritor@s.
Nada más, pasad una buena semana y nos vemos el viernes! :D

-----------------------Nota de Andrea Xie-------------------
Hola a todos!!!
Cuánto tiempo sin veros. En estas semanas tengo un montón de examenes, y vosotros?
Quiero que lleguen ya las vacaciones de semana santa, pero no quiero que me den las notas.
Me voy a volver loca con tantos exámenes.
Espero que os gusten el capitulo y el dib
ujo.
No tengo nada mas que decir, solo que no olvidéis comentar. Siempre lo digo. Cuantas veces lo he dicho?